“Es una vivencia que conmueve”, comienza contando la Hna. M. Paula Vicentina Quessada sobre el segundo año de las misiones puerta-a-puerta realizadas por las Hermanas de María de Schoenstatt de Atibaia/SP. Con el deseo de preparar a las familias para la Navidad y llevar la presencia de Cristo y de María al mundo, un grupo de 15 Hermanas visitó cerca de 40 familias en el barrio Caetetuba, en una región carenciada de la ciudad.
Las misiones se llevaron a cabo del 15 al 18 de diciembre bajo el lema “Hija, llegó tu hora, ustedes son mi carta!” La frase se inspira en la homilía de Monseñor Heinrich Tenhumberg (20.09.1968), quien dice: “La vida de nuestro Padre y Fundador es una carta de Dios para nosotros. El libro de su vida es nuestro libro de Dios” (Misa exequial por el P. José Kentenich). La Hna. M. Shaiane Machado explica que “ese lema tiene el sentido de que seamos un testimonio vivo del Padre y Fundador”, pues, “con las misiones queremos llevar el Niño Jesús a las familias, para que éstas puedan vivir la Navidad con ese espíritu y, también en este Año del Padre Kentenich queremos llevar la persona de nuestro Padre a las familias”.
Fueron cuatro días de apostolado, de visitas a las casas y actividades con niños, jóvenes y adultos en la Parroquia San Sebastián. La Hna. Juliana Maria Nogueira cuenta: “En preparación a la Navidad, las personas están más abiertas para las vivencias cristianas y para conversar sobre aquello que es santo para ellos. Fue una experiencia muy importante. Nosotras no hicimos prácticamente nada, solamente una visita, y aun así experimentamos: Dios se nos comunica – vimos y sentimos a Dios”.
La Hna. M. Paula Vicentina Quessada recuerda: “Uno se acerca a personas que apenas han escuchado algo de Dios; las Hermanas quieren ser esa presencia de Dios para ellas. Vimos una situación de mucha miseria, pero con personas muy felices, porque lo poco que poseen es mucho para ellas”. La Hna. M. Shaiane nos cuenta que el Instituto de las Hermanas realiza estas misiones en regiones carenciadas de la ciudad. Para las primeras experiencias, de 2016 y 2017, el lugar elegido fue la región del Centro de Educación Infantil “Raio de Sol”, que es una guardería mantenida por el Instituto de las Hermanas de María en Atibaia, donde ellas se hospedan durante el período de las misiones.
La Hna. M. Dulce Oliveira también cuenta: “Las misiones fueron un momento de gracias especiales. Realizamos la misión en la época de preparación a la Navidad, cuando las personas están más abiertas. En este año sentí que las familias estaban más libres y abiertas para conversar con nosotras y no solamente ellas son misionadas sino también lo somos nosotras”. Las Hermanas de María se ‘ponen en salida’ con la misión de transmitir el amor de Dios a todos y llevar la Madre Peregrina a los hogares, pero también vuelven con experiencias muy valiosas: “Las misiones son un momento fuerte en la vida de ellos y también en la nuestra, pienso que no podemos negarlo, y siempre que sea posible, tenemos que ir al encuentro de todos. Uno aprende mucho con ellos, tratamos de no hablar demasiado, son ellos los que hablan, porque estamos allí para oír. Vimos que la gente es pobre en todos los sentidos, tanto espiritual como material, pero uno aprende mucho con ellos, puedo decir que es una experiencia única y que salí de allí muy enriquecida”, dice la Hna. M. Dulce.
Fuente: www.schoenstatt.org.br