Con estas palabras se refirió la representante del prefecto del Dicasterio para la vida consagrada y comunidades de vida apostólica, Dra. Daniela Leggio, en el recientemente ocurrido,
XII Congreso de Institutos Seculares de América latina y el Caribe.
Con esto nos situaba en el desafiante ámbito de la secularidad consagrada, de la vocación a ser sal y luz en medio de las realidades del siglo.
Este congreso se realizó entre el 17 y 21 de Julio en la ciudad de Buenos Aires, y junto a otros 210 miembros de distintos Institutos seculares, participamos 4 Hermanas de María de Schoenstatt: Hna. M. Mercedes y Hna. M. Teresa de Argentina y Hna. M. Jimena y Hna. M. Clara de Chile. Además, las Hermanas de María colaboraron con los cantos en cada Eucaristía.
Las intervenciones se centraron en la profundización de la vocación específica del laico consagrado, y los intercambios ayudaron al conocimiento e enriquecimiento mutuo, ya que la realidad de los Institutos seculares es de una amplia variedad carismática.
Los días del Congreso nos permitió reconocer cómo la originalidad de nuestra comunidad de Hermanas, complementa la comprensión de los Institutos seculares descrita en los documentos del Magisterio desde 1947 y como la visión del Padre Kentenich para las comunidades de vida consagrada en la Obra de Schoenstatt apunta a la identidad secular desde el ser, desde lo que nos constituye internamente y lo que nos proyecta hacia el mundo. Como Hermanas de María estamos llamadas a penetrar la cultura y el tiempo de hoy, como presencia de María.
Compartimos esta valiosa instancia eclesial con un miembro del Instituto secular Nuestra Señora de Schoenstatt y un sacerdote del Instituto de sacerdotes diocesanos. Ambos de Argentina.