y Schoenstatt en el amplio mundo
¿Qué tiene que ver el chocolate caliente con Schoenstatt en el amplio mundo? Muchísimo: por lo menos en el Café en el Monte Schoenstatt …
Hace muchos años que trabajo en la Central de Misiones en Schoenstatt. La internacionalidad de nuestra Familia de Hermanas me vuelve a fascinar una y otra vez, y cada vez que se me da la oportunidad llamo la atención sobre nuestro trabajo en todos los continentes. Mi experiencia es que a muchas personas esto les impresiona y muestran interés por la amplitud mundial de Schoenstatt.
Un lugar de encuentro de los que están cerca y de los que están lejos
Mi segunda tarea – en el Café en el Monte Schoenstatt – me da esta posibilidad diariamente. Además de los clientes habituales que generalmente vienen de la región, vienen también peregrinos de todo el mundo. Visitan la tumba del Padre Kentenich en la Iglesia de la Adoración, quizás también la Casa Padre Kentenich, y se fortalecen con café y torta en nuestro Café. No solo compran algún regalo de Schoenstatt, sino que también aprovechan la oportunidad para hacer preguntas sobre nosotras, las Hermanas, el Padre Kentenich y Schoenstatt en general.
Casi todos los días vienen peregrinos de Sudamérica, pero también vienen visitantes de muchas otras naciones. Algunos son acompañados por una Hermana de nuestro equipo de las peregrinaciones internacionales. Me impresionó muy especialmente el hecho de que, hace poco tiempo, en un día laborable, se reunieron al mismo tiempo en el Café peregrinos de todos los continentes.
Encuentros que causan alegría
Me causa mucha alegría que vengan al Café visitantes de muchos países del mundo – incluso si se hace difícil entenderse por causa del idioma. Lo principal es que se comprenda el “idioma del corazón”: la benevolencia y el interés por las diversas culturas permiten experimentar una atmósfera familiar.
- Así llegaron tres sacerdotes de Brasil acompañados por un hombre de Portugal, los cuales querían conocer Schoenstatt durante su estadía en Alemania. Se dio una conversación muy animada. La revista con las noticias de la misión, llamada “Schoenstatt en el amplio mundo” está siempre a mano y los peregrinos se alegraron cuando les mostré la foto de la portada, con una Hermana en barco en el Amazonas. Preguntaron cuántos santuarios hay en Brasil y en todo el mundo. Y el portugués se anotó con alegría las direcciones de los santuarios de Schoenstatt en su país.
- No es tan habitual recibir peregrinos de África. Sin embargo se dio que se encontraron aquí dos sacerdotes: uno de Uganda y otro de Sudáfrica. Les conté de nuestro trabajo en Burundi – y vi que justamente estaba pasando por allí una Hermana de Burundi, a quien invité a entrar. Así el sacerdote de Uganda recibió respuestas a sus preguntas sobre la Campaña de la Madre Peregrina de Schoenstatt en Burundi.
- Una señora de Argentina que no entiende alemán, compró algunos CDs con conferencias del Padre Kentenich. A mi pregunta sorprendida respondió que le gusta mucho escuchar la voz del Padre Kentenich.
Experimentar el mundo en Schoenstatt
Algunos visitantes vienen por primera vez a Schoenstatt y aprovechan la oportunidad en el Café para informarse más exactamente acerca de Schoenstatt y quizás averiguar algo que siempre le han querido preguntar a una Hermana. Un tema predilecto es el de nuestra internacionalidad y una y otra vez se plantea la pregunta: “Hermana, ¿Ud. estuvo también ya alguna vez en la misión?” Y mi respuesta? “No – para mí no es necesario viajar al extranjero, puesto que experimento aquí en Schoenstatt a todo el mundo a través de las cohermanas y los peregrinos de muchos países.”