Despedida de las Hermanas de María
de la Clínica Bosse, Wittenberg
Las Hermanas de María de Schoenstatt, que vivían y trabajaban en la Clínica Bosse en Wittenberg desde 1936, fueron despedidas solemnemente. Al final del año, después de más de 80 años, las Hermanas abandonaron este lugar por razones de edad. Sirvieron en la Maternidad hasta 1996, y continuaron trabajando en el cuidado pastoral, enfermería, administración y biblioteca cuando la Maternidad se transformó en un centro de salud.
Las Hermanas e invitados prominentes en Wittenberg
La Hermana M. Godehild Schuchardt (tercera desde la izquierda) estuvo más de 50 años en la clínica Bosse en Wittenberg. Ahora ya ha hecho las maletas: «Ahora voy a Friedrichroda», explica la hermana de 85 años. Allí está la filial de la comunidad, desde donde fue enviada a Wittenberg. Se alegra de pasar allí sus años de ancianidad.
El obispo rindió homenaje al trabajo de las Hermanas
El Obispo de Magdeburgo, Dr. Gerhard Feige, rindió homenaje al trabajo de las Hermanas en la clínica en su discurso de despedida: “Queridas Hermanas: ‘Ustedes son mi promesa al mundo’, como el Padre Kentenich llamó a las Hermanas de María. Ustedes, queridas Hermanas, han cumplido esta promesa en la la vida cotidiana. Aquí en la clínica dejan un vacío que no puede ser reemplazado – pero este vacío también señala a Dios, a quien han dedicado su vida sirviendo a los hombres. Les agradezco de todo corazón por este servicio! Que Dios les pague por todo el bien que han hecho – y que bendiga su camino venidero.
A través de ustedes los hombres se encontraron con Dios
Con gran paciencia, día tras día, han sembrado la Palabra de Dios dedicándose a la gente. Sabían que fructificar el céntuplo no era asunto de ustedes, pero sí que fueron necesarias para poner los cimientos para ello. Gracias de todo corazón por esto hoy.”
Muchas décadas y tiempos difíciles
La Hna. Marisa Spickers, Superiora Provincial, expresó con palabras el carácter especial de este acontecimiento: “Hoy las Hermanas de María se despiden de la Clínica Bosse. No fue una decisión fácil de tomar para nosotros. Pero se debe a las circunstancias. Me gustaría cambiar un poco por hoy las conocidas palabras del Padre de la Iglesia, Jerónimo : No queremos (sólo) estar tristes de que algo está llegando a su fin, sino que queremos estar agradecidos por lo que hemos tenido…[1]
Sí, fueron muchas décadas en las que se nos permitió trabajar en la clínica. Ya en 1936, cuando nuestra comunidad tenía apenas diez años, seguimos valientemente el llamado del Dr. Bosse. Fue muy importante para nuestro fundador, el Padre José Kentenich, que asumiéramos esta tarea.
Ahora nos estamos preparando para el centenario de nuestra comunidad. Mucho ha sucedido en estos años también:
El difícil período del nacionalsocialismo, el período de la RDA, el período del cambio y luego la reorientación completa al campo de la psicología y la neurología aquí en la calle Hans-Lufft.
Nunca hemos estado solas en todo esto.
Siempre hemos recibido ayuda y apoyo:
Especialmente de los médicos y empleados, a los que agradecemos la confianza depositada en nosotros. …
por el apoyo de Caritas y de las autoridades eclesiásticas,
por la buena colaboración con la parroquia de Wittenberg,
por la confianza de la Fundación Alexian,
por toda la benevolencia y atención….
Muchas gracias por todo!
Sobre todo, agradecemos a Dios y a su Madre María
Nos es dado llevar su nombre. Siempre nos supimos guiadas y conducidas por la gracia de Dios, incluso en situaciones difíciles.
En todos estos años y con las diferentes tareas fue importante para nosotros que los pacientes puedan ser sanados en cuerpo y alma. Por eso estamos agradecidos por la capilla tanto en la antigua como en la nueva clínica, por las misas que pudimos celebrar y por las muchas horas de oración en las que pudimos llevar las intenciones que nos fueron confiadas ante Dios.
Esta es una tarea que con mucho gusto continuaremos realizando. Cuando digo nosotras, me refiero sobre todo a las muchas hermanas que han trabajado y vivido en la clínica a lo largo de los años.
Algunas están aquí hoy, otras están pensando en esta celebración a esta hora, y toda una serie de «Hermanas de la Clínica» nos observan desde la eternidad. Todas ellas no olvidarán la Clínica Bosse.
María seguirá bendiciendo a todos
La estatua de la Virgen, que ya tenía su lugar en la entrada de la antigua clínica Bosse-Klinik, seguirá mirando con amor y bendiciendo a todos los que entran y salen de aquí.”
[1] Texto original: «No queremos lamentar que te hayamos perdido, sino agradecer que te hayamos tenido y que aún te tengamos ahora, porque el que muere en Dios permanece en la familia..“