Las Hermanas de María de Schoenstatt en Coblenza-Metternich custodian la tumba de la Hermana M. Emilie Engel, están comprometidas con su beatificación y siguen portando su herencia espiritual. La hermana Theres-Marie Meyer informa:
«Debemos amar cálidamente a los más pobres.»
Esta frase de la Hermana M. Emilie fue la motivación para que dijéramos «sí» hace muchos años cuando el «Tafel Koblenz» preguntó a nuestra ‘Casa Providentia’ si podíamos proporcionar una habitación para su trabajo.
El «Tafel Koblenz» recoge alimentos en perfecto estado, que ya no son necesarios en el comercio y deberían ser destruidos. Los voluntarios los entregan a las familias, a los ancianos solteros, a las madres o padres solteros, así como a los refugiados en la ciudad y sus alrededores que están en necesidad existencial.
60 voluntarios de la asociación «Tafel Koblenz e.V.» recogen actualmente unas 1000 toneladas de alimentos al año en supermercados, panaderías y productores de alimentos. (Fuente: https://www.tafel-koblenz.info)
Mientras tanto, varias habitaciones y también una parte de nuestra cámara frigorífica han sido utilizadas por el «Tafel Koblenz». La crisis de la Corona nos enfrentó a las Hermanas de María en Metternich con la pregunta de cómo se podría hacer esto en época de pandemia.
¿Cómo se puede seguir suministrando alimentos a las personas que dependen ellos?
Hubo una breve pausa y luego una adaptación rápida y flexible a la situación. Mientras que muchas de estas organizaciones en Alemania tuvieron que suspender temporalmente sus servicios, a las mentes creativas de «Tafel Koblenz» se les ocurrió algo. Con un considerable trabajo adicional y en cumplimiento de todas las normas de higiene, se empaquetaron diariamente unas 100 raciones domésticas (véase la foto) y se prepararon de forma creativa para las personas más pobres en los puntos de distribución para su recogida. Después de todo, son precisamente las personas más pobres las que suelen verse gravemente afectadas por las restricciones impuestas por la pandemia.
A pesar de la crisis del coronavirus se continuó en el pabellón del jardín que dispone de una cámara frigorífica
La pregunta para nosotros era, ¿cómo podemos las Hermanas de María apoyar este trabajo sin poner en peligro a nuestras hermanas? En una conversación con los responsables se encontró una buena solución. Permitimos a «Tafel Koblenz» continuar su trabajo en el pabellón del jardín, que también dispone de una cámara frigorífica. Pudimos seguir ayudando y nosotros permanecer protegidas. De este modo pudimos continuar amando a los «más pobres con calidez» según nuestras posibilidades.
Se agradece a los numerosos voluntarios que prestan sus servicios a unas 3000 personas en Coblenza y sus alrededores.