«José utilizó su legítima autoridad
sobre la Sagrada Familia para entregarse por completo a ella, con su vida y su trabajo.
Utilizó su vocación humana de amor familiar para transformar una entrega sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de todas las facultades del amor en el amor que puso al servicio del Mesías que surgió de su casa.“ (vgl. Patris Corde, 1)
Con estas palabras, el Santo Padre, el Papa Francisco, trata de definir la grandeza de San José, a quien se dedica este año y cuya fiesta celebra hoy la Iglesia.
La santidad de José consiste, por así decirlo, en decir «sí» al plan de Dios y llevarlo a cabo en su vida cotidiana. Su fe y su amor a Dios se expresaron en un servicio concreto a Jesús y a María, dándoles prioridad en todas sus decisiones. El Santo Padre continúa: «José supo amar de manera extraordinaria y gratuita. Nunca se puso en primer lugar. Supo colocar a María y a Jesús en el centro de su vida». Por eso es un ejemplo para todos nosotros hoy. «Su vida es una prueba concreta de que es posible vivir el Evangelio».
„El mundo necesita Padres…
Cada niño lleva un misterio en su interior, algo inédito que sólo puede fructificar con la ayuda de un Padre que respete su libertad».
Con esta declaración, el Papa afirma la espiritualidad que Dios presenta a la Iglesia a través del Padre José Kentenich. Tenía un profundo amor por la Virgen, y hoy también celebra su onomástico.
La Alianza de Amor con María, quiere despertar y desarrollar la gracia filial que recibimos en el Bautismo, «la audacia de una gracia extraordinaria, profunda, sobresaliente de la filialidad, como remedio a las crisis del mundo actual», dijo el Padre Kentenich. Así como Jesús experimentó la ternura de Dios en San José, muchas personas aprendieron a amar a Dios como Padre a través del P. Kentenich.
Una familia americana que tuvo un intenso contacto con el Padre Kentenich durante muchos años lo atestigua: «Cada uno de nosotros estaba abrumado por su amabilidad y comprensión. A través de él pudimos conocer al Padre Celestial».
Que la Virgen, por medio de San José y por intercesión del Padre José Kentenich, nos eduque para ser hijos heroicos. que tengan la valentía de mostrar el amor a través de acciones concretas, para que hagamos presente el amor de Dios Padre en el mundo y así ayudemos a muchos a ser hijos de Dios.