Cada año, en Bellavista,
realizábamos una procesión solemne con el Santísimo Sacramento en Corpus Cristi. Este año, al no poder realizarla por segunda vez, como acostumbrábamos hacerlo, preparamos un gesto simbólico…
Hicimos una alfombra de flores dentro del Santuario, para que después de la Sta. Misa online – que se transmite desde el Cenáculo – tuviéramos un momento de adoración a Cristo sacramentado y luego, como un signo de que Él, desde el Santuario, sale a nuestro encuentro y nos bendice a cada uno en las realidades en las que nos encontramos, el sacerdote salió a dar la bendición desde la explanada del Santuario y todos desde sus casas se pudieron unir espiritual y virtualmente para recibirla.
Jesús se hace uno de nosotros, permanece con nosotros en la Eucaristía y peregrina, en nosotros, por este tiempo. En medio de tanta incertidumbre por la realidad política, de salud y económica – en nuestro país y en la sociedad en general – la vida de oración, el encuentro personal con el Dios vivo, es lo que mantiene viva nuestra fe y nuestra esperanza y nos impulsa a seguir caminando por la vida tal como lo hizo María «fuerte y digna, sencilla y bondadosa, repartiendo amor, paz y alegría».
Este pequeño gesto ha querido contribuir para que, en Alianza con María, desde su Santuario Cenáculo, volvamos a ser bendecidos y enviados para que Cristo, en nosotros, recorra nuestro tiempo y lo conduzca hacia el Padre.