Papa Benedicto XVI y su retorno
a la Casa del Padre
En estos días estamos siendo todos regalados con tantos aportes de diferentes partes del mundo y podemos experimentar lo que vive en el corazón de tantos fieles. Que existan también otras voces es evidente, pero aquello que hemos recibido como don y por gracia de Dios, lo queremos compartir con ustedes como Hermanas de María que vivimos en Roma.
Después de la partida de Benedicto XVI al Padre eterno, fue impresionante ver cómo miles de personas se ponían en camino para estar, por última vez, junto al Papa emérito y darle el adiós. Después de horas de espera, fluían las personas dentro de la Basílica de San Pedro. Reinaba una atmósfera de silencio y de oración, pero también de luto. La mayoría de las personas podía permanecer algunos segundos delante de su cuerpo. Muchos continuaban en oración, participando con devoción en las santas misas que se celebraban cada hora junto al Altar de la Cátedra o rezando el santo Rosario.
Papa Benedicto XVI, con ocasión de su 85º cumpleaños, dijo:
“Me encuentro ante el último tramo del camino de mi vida y no sé lo que me espera. Pero sé que la luz de Dios existe, que él ha resucitado, que su luz es más fuerte que cualquier oscuridad; que la bondad de Dios es más fuerte que todo mal de este mundo. Y esto me ayuda a avanzar con seguridad. Esto nos ayuda a nosotros a seguir adelante, y en esta hora doy las gracias de corazón a todos los que continuamente me hacen percibir el «sí» de Dios a través de su fe” (16 de abril de 2012).
El «sí» de Dios a través de su fe lo pudimos experimentar nosotras como Hermanas de María de Schoenstatt desde que el Papa Benedicto XVI llegó a Roma como cardenal Joseph Ratzinger. La hermana M. Birgit Wansing trabajó como su secretaria desde 1983, primero en la Congregación para la Doctrina de la Fe, luego durante su Pontificado y, finalmente, durante su etapa como Papa emérito. Él podía confiar absolutamente en su discreción.
Como comunidad de Hermanas de María acá en Roma, tuvimos la suerte de estar en diversos momentos rezando junto al difunto Papa Benedicto, primero en la capilla del Monasterio Mater Ecclesiae y después en la Basílica de San Pedro. Su rostro irradiaba paz. Todos los que se acercaban a él podían rezar y conversar espiritualmente con el Papa difunto, para saborear el significado de su persona para sí mismo y cómo lo ha ayudado a fortificar la fe.
Estas experiencias fueron coronadas con nuestra participación en su funeral, en el que participó nuestra Superiora General, Hna. M. Joanna Buckley, que viajó desde Schoenstatt. Pudimos participar muy de cerca en la ceremonia. Nuestro Director General, Dr. Bernd Biberger, vino también y concelebró con los cerca de 5.000 sacerdotes que se encontraban en la Plaza de San Pedro. Al final hicimos una foto de nuestra pequeña “delegación” en representación de nuestro Instituto Secular de Schoenstatt Hermanas de María.
Quisiéramos finalizar aquí con las palabras de la homilía del Papa Francisco durante la misa exequial por el Papa emérito, el 5 de enero de 2023:
“Es el Pueblo fiel de Dios que, reunido, acompaña y confía la vida de quien fuera su pastor. Como las mujeres del Evangelio en el sepulcro, estamos aquí con el perfume de la gratitud y el ungüento de la esperanza para demostrarle, una vez más, ese amor que no se pierde; queremos hacerlo con la misma unción, sabiduría, delicadeza y entrega que él supo esparcir a lo largo de los años. Queremos decir juntos: «Padre, en tus manos encomendamos su espíritu».