«Concibamos cada cosa creada como un gran libro ilustrado de Dios,
como un libro de lectura sobre Él». J. Kentenich
Canicas¹
El juego de canicas es uno de los juegos más antiguos del mundo y hay infinitas formas de jugarlo. Evidentemente, no solo es bueno para los niños, ser imaginativos con estas bolitas de cristal en colores, a la vez estas sirven como un medio de “expansión” para nuestras vidas.
También podemos ver nuestra relación con Dios de una manera «divertida «, como enfatiza el Padre Kentenich. Es un Juego de amor: «La vida cristiana, mi vida cristiana: un solo gran Juego de amor. Para ser más precisos, un juego de escondite y un juego de búsqueda. El buen Dios se esconde y me busca, y yo busco al buen Dios, y me escondo del buen Dios…» (Octava de Pascua, 1965)
O como Gertraud von Bullion² escribió una vez en su diario: «Queremos reconocer en cada rayo de luz (rayo de esperanza), ya sea que nos llegue a través de las personas como de la naturaleza, un gesto de la solicitud, del amor del Padre Celestial …»
Dios «se esconde» detrás de las cosas de la vida diaria, y podemos buscarlo y encontrarlo en cualquier situación.
MARIA
Eres una maestra en este Juego de amor. También me muestras cómo descubrir a Dios.
HOY
Pondré una canica (o algo similar) en mi bolsillo. Cuando descubro a Dios detrás de un evento, cambio la canica al otro lado de mi bolsillo.