Tres Hermanas de María (de Schoenstatt) que vivieron mucho tiempo en Burundi [1] han regresado a Suiza:
la Hermana M. Theresiane, la Hermana M. Janine y la Hermana M. Josianne.
Sus corazones, sin embargo, han permanecido con el pueblo de Burundi. Una pequeña serie nos permite compartir las ricas experiencias que nos cuentan:
Hermana M. Janine Ohnmacht:
Las mujeres[2] poseen una nobleza especial
Ya de niña, la Hna. M. Janine estaba fascinada por las fotos de África. Ella escribe:
«El buen Dios había ‘llamado’ a mi puerta a menudo y muy temprano (en mi vida). En la Escuela de enfermería conocí la vida comunitaria y el espíritu de las Hermanas de María (de Schoenstatt). Lo que me atrajo fue, entre otras cosas, que se cultivaba lo mariano. Y: ¡las Hermanas de María también eran activas en las misiones! Así que éste era el lugar adecuado para mí y nunca me he arrepentido hasta el día de hoy».
La Hna. M. Janine vivió 47 años en Burundi. En el hospital[3] trabajó como enfermera, sobre todo en el tratamiento de heridas y de enfermos de lepra. «Me preocupaba por el bienestar de la gente, de los enfermos».
Más tarde me desempeñé como sacristana del Santuario de Schoenstatt y también en las tareas domésticas; en la primera casa de las Hermanas en Mutumba[4] – ¡muy sencilla! –
«Lo importante para mí a la hora de cumplir todas las tareas era poder transmitir también algo de nuestra fe a la gente».
Durante su larga estancia en Burundi, apreció de forma especial la mentalidad de los burundeses, su alegría y cómo saben celebrar las fiestas. También valoró la gran gratitud de la gente por todo lo que pudo hacer por ellos allí. La afirmación de la Hna. M. Janine es también interesante y conmovedora:
«Las mujeres poseen una nobleza especial».
Las dos guerras fueron una gran carga y una prueba para la población de Burundi y también para las Hermanas. Estas las experimentaron muy de cerca. Sin embargo, ninguna de ellas quiso abandonar el país ni a sus gentes. También fue difícil para la Hna. M. Janine ver la necesidad y no poder ayudar lo suficiente.
La adaptación a la vida en Europa no fue fácil para ella. Sobre todo, echa de menos la mentalidad de la gente de Burundi, a sus Hermanas de Comunidad y al Santuario de la Confianza[1]. Al mismo tiempo, agradece poder seguir viviendo en la Comunidad y se siente feliz, como escribe, «de ser una Hermana de María»
[1] Burundi es un país al este de África. Cuenta con una población de 11.8 millones de habitantes. Es un país muy pobre, pero su gran riqueza es su gente, en su mayoría católicos, la cual posee una fe viva, abierta a todo lo religioso, y con un gran amor a la Santísima Virgen. [2] Se refiere a las mujeres burundesas (de Burundi)
[3] https://www.s-ms.org/es/2023/07/24/por-sexta-vez/
[4] Ubicado en el centro del país de Burundi, Africa.
[5] Santuario de Schoenstatt, Santuario de la Confianza en Mutumba, Burundi.
Continuación: Próximo artículo de la serie – Hermana M. Josianne Belau