Volver “a las raíces” para responder
a las preguntas actuales
Este es el mensaje del XIII Congreso de Institutos Seculares de América Latina y el Caribe,
celebrado en Sao Paulo, Brasil, del 1 al 6 de agosto de 2023. Este evento, que se realiza cada cuatro años, contó con la participación de cerca de 130 consagrados y consagradas de diferentes Institutos de 15 países.
Entre ellos, participaron cuatro Hermanas de María de Schoenstatt: la Hna. M. Rosangela de Souza (Santa Maria/RS), la Hna. M. Denise Mendes Ternes (Porto Alegre/RS), la Hna. M. Clades Schwengber (Brasília/DF) y la Hna. M. Franciane Castelani (Atibaia/SP).
El objetivo era reflexionar juntos, discernir y encontrar con valentía nuevos caminos inspirados por el Espíritu Santo. De este modo podremos responder a los interrogantes del mundo secularizado desde nuestra vocación y misión. El tema
«Espiritualidad y visión profética en un mundo secularizado»
fue iluminado por las palabras de San Juan (Jn 8,26): «pero lo que digo al mundo lo aprendí del que me ha enviado…”
Experiencia de sinodalidad
Los encuentros virtuales previos al evento contribuyeron a crear un clima de sinodalidad entre los participantes. La Hna. M. Clades, que participó en la preparación y organización del Congreso, resume:
«Las Vivencias sobre Espiritualidad, Visión profética y Laicado y el Año Vocacional animaron a los miembros en su vocación particular en la Iglesia y en el mundo. Lo que llamó la atención fue el trabajo en equipo, el aprecio a la hora de escuchar, aceptar y acoger a los demás. El objetivo era crear unidad en la diversidad, especialmente en el apostolado y en la valoración de la persona humana».
La Hna. M. Franciane colaboró en el equipo de liturgia y animación del Congreso y dice:
«En un momento en que la Iglesia está trabajando en la experiencia de la sinodalidad, preparamos este Congreso con el mismo dinamismo y esto trajo nueva alegría y entusiasmo a los diferentes Institutos de Brasil. Fue una experiencia única realizar este trabajo junto a otros miembros de diferentes institutos de Brasil, porque compartiendo podemos realizar la gracia y la acción de Cristo en su Iglesia.»
Desde ‘las raíces hacia lo alto’
La Misa de apertura del Congreso fue presidida por Mons. Angelo Ademir Mezzar, Obispo Auxiliar de Sao Paulo y Presidente de la Comisión Episcopal para los Ministerios Consagrados y la Vida de la CNBB. Mons. Jaime Spengler, Presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña (CNBB) y de la Conferencia Episcopal Americana (CELAM), pronunció un mensaje. Otros obispos y autoridades eclesiásticas asistieron al Congreso. Elba Catalina Fleita, Presidenta de la CMIS (Conferencia Mundial de Institutos Seculares), estuvo presente en todo el Congreso.
Cada día se ofrecieron numerosas Conferencias, discusiones en grupos, intercambio de experiencias, testimonios y celebraciones. La Hermana M. Denise compartió sus experiencias como psicóloga en la Comisión Especial Arquidiocesana de Promoción y Atención a la Infancia, Juventud y Personas Vulnerables, de la Arquidiócesis de Porto Alegre/RS.
Una experiencia especial fue la peregrinación al Santuario Nacional de Aparecida[1].
«Es la primera vez que participo en un Congreso de la CISAL», indicó la Hna. M. Rosangela. «Cuando reflexiono sobre la realidad de los Institutos seculares en América Latina, pienso espontáneamente en nuestra misión como Instituto Secular de Schoenstatt y en el camino que estamos recorriendo hacia el centenario de nuestra fundación. Sí, estamos en sintonía con la Iglesia cuando intentamos renovarnos en la misión desde la raíz, desde de su origen. Es necesario partir desde el origen, desde la raíz misma, para encontrar las respuestas y comprender por qué nuestro testimonio, partiendo desde nuestro propio carisma, es reconocido y aceptado por la Iglesia, según escuchamos en el evento.»
También subrayó:
«Se respiraba un ambiente de alegría y unidad entre los participantes. Los diferentes lenguajes y culturas no son un obstáculo para el diálogo, porque hay armonía de corazones y el deseo de enriquecer a la Iglesia con nuestra presencia en el mundo como sal, luz y levadura».
Schoenstatt y los Institutos Seculares
Al fundar seis Institutos Seculares, el Padre José Kentenich hizo una audaz propuesta a la Iglesia. «Con la promesa de nuestro Padre Fundador (Padre José Kentenich), al Papa Pío XI de que queríamos ser una bendición para la Iglesia como Instituto Secular; tenemos la oportunidad en los congresos y diversas conferencias de ponernos al servicio de la Iglesia para realizar la promesa de nuestro Fundador», señala la Hna. M. Franciane.
La Hna. M. Clades comenta:
«En la Obra de Schoenstatt, el Padre José Kentenich fundó seis Institutos Seculares. Todos ellos tienen el objetivo de revivir en sus comunidades las características de la Iglesia postconciliar, el espíritu mariano, fraterno y el dinamismo en el apostolado. Somos una Iglesia peregrina, lo que también se aplica a los Institutos Seculares de América Latina y el Caribe (CISAL). Nuestra contribución como Institutos Seculares es trabajar juntos para que podamos ser una bendición para la Iglesia».
Una Iglesia perenne en marcha
Al final del Congreso, a partir de las reflexiones propuestas, se redactó una declaración de compromiso en la que cada uno se comprometía a:
- Renovar el espíritu creativo y profético al escuchar al Espíritu Santo, incluso a través de la oración contemplativa, para percibir los signos de Dios y escuchar las llamadas de la gente en su realidad;
- Profundizar en el sentido de la secularidad y de la consagración para vivir la radicalidad de los consejos evangélicos como compromiso por el Reino de Dios.
- Estar al servicio de quienes sufren exclusión y toda forma de discriminación;
- Dar testimonio de fraternidad, valorar la vida humana y trabajar por la conservación de la creación.
- Procurar un camino sinodal desde cada Instituto;
- Tomar conciencia de la especial vocación en el seguimiento de Jesucristo.
Según la Hna. M. Clades, la importancia del Congreso es que «trajo un fortalecimiento del carisma y la vocación de cada miembro; una visión y una identidad más claras de nuestra vocación de ser sal y levadura que da sabor y hace brotar nueva vida. Los miembros de los Institutos Seculares se han hecho más conscientes de la importancia de su apostolado a través del ser y del testimonio. Quieren ser una Iglesia en salida,