22.05.2024

Un Obispo de Brasil sella la Alianza de Amor con la Mater

Hna. M. Vera Lúcia Mangas
Brasil

“Dame un alma que vibre con el Santuario.”

Cuando Mons. Devair Aráujo da Fonseca, de la diócesis de Piracicaba, en el estado de São Paulo/Brasil, pasó un día en el Centro Tabor de Schoenstatt, en Atibaia/São Paulo, presenció la bendición de un Santuario Hogar por Mons. Milton Kenan Júnior, de la diócesis de Barretos, también en el estado de São Paulo.

Monseñor Devair quiso saber por medio de Mons. Milton, de qué se trataba. Aprendió que la Alianza de Amor es el camino para construir un Santuario Hogar.  Es por ello que quería prepararse para la Alianza de Amor, por su importancia y significado profundo.

Eligió el 28 de abril de 2024 para esta celebración porque ese día su diócesis también estaría presente en el Santuario de Atibaia.

En la Peregrinación diocesana anual, miles de peregrinos viajaron nuevamente este año, en 82 autobuses para estar con la Mater y vivir este momento especial de gracia, la alianza de amor de su obispo.

Dame un alma que vibre con el Santuario.

Era un mar de gente, y el Obispo Devair se regocijó en este «mar». Pronunció unas palabras de saludo a los peregrinos. La Hermana. M. Inácia Bett dirigió la celebración en la que el Obispo selló la Alianza de Amor. Cada parte del rito fue explicada para que todos pudieran comprender el significado de la celebración.

Mons. Devair se emocionó al ver la gran carpa (tienda de campaña) llena de fieles durante la Adoración Eucarística. Había una atmósfera reverente mientras el Obispo recitaba la oración:

 «Oh Madre y Reina Tres veces Admirable… aquí estoy, convencido y consciente, para sellar mi alianza de amor contigo … dame un alma que vibre al contacto del mensaje de tu Santuario y aspire a lo más alto en mi vida espiritual. Me consagro a ti, oh buena Madre, y pongo en tu capital de gracias todas mis alegrías, éxitos, sacrificios, trabajos, sufrimientos, luchas y todo el bien que hago» (Ver la oración completa al final)

 

Entonces ocurrió algo extraordinario.

El obispo celebró la Santa Misa a las 3:00 p.m. En su homilía, explicó el Evangelio y lo aplicó a la vida de María. Animó a la gente a sellar la Alianza de Amor y a llevar a la Madre y Reina de Schoenstatt a todos los lugares de la diócesis de Piracicaba. El camino de la alianza comenzó ahora, porque Mons. Devair quiere erigir su Santuario Hogar.

El lunes, un sacerdote nos envió un mensaje preguntando qué tenía que hacer para sellar la Alianza de Amor.

Cuando alguien se consagra a la Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt, ¿qué mejor que esperar la bendición de la Alianza de Amor para él y su misión?

Oración de la Alianza de Amor

de Mons. Devair Araújo da Fonseca, Obispo de la Diócesis de Piracicaba/SP

«Aquí estoy, oh Madre y Reina Tres veces Admirable, para consagrarme totalmente a ti. Aquí estoy, convencido y dispuesto a sellar mi alianza de amor contigo y con tu divino Hijo.

Creo que estás aquí con la abundancia de tus gracias y que quieres regalarlas a tus fieles. Aquí quieres educarme para modelar en mí al hombre nuevo con un ideal, una personalidad, un carácter y una mentalidad capaces de encender los corazones por Cristo.

Aquí quieres enseñarme a llevar una vida de fe práctica en los planes del Padre celestial, a santificar cada día y cada acción.

Oh buena Madre mía, te pido sinceramente estas gracias. Hazme dócil a tus enseñanzas, dame un alma que vibre al contacto del mensaje de tu santuario y se esfuerce por alcanzar lo más alto en mi vida espiritual.

Me consagro a ti, oh buena Madre, y pongo todas mis alegrías, éxitos, sacrificios, trabajos, sufrimientos, luchas y todo el bien que hago en tu capital de gracias. Te confío mi voluntad, que te doy para que cumplas la tuya. Te confío mi corazón y mi mente, mi cuerpo y mi alma, para que se transformen en tu imagen.

Despierta en mi alma el espíritu de Cristo de un modo tan sensible y profundo que pueda irradiarlo en todas partes.

Tu Santuario es una escuela donde se cultivan las virtudes más elevadas. Es una roca inquebrantable contra las tormentas del mundo materializado. Es un nido de paz. Es un verdadero hogar y una fuente de gracias. Desde el Santuario, haz que me dé cuenta cada vez más, de lo hermosa y digna que es una vida que valora los talentos y las inspiraciones que Dios ha puesto en el alma.

Déjame darme cuenta de que tú eres mi madre, que llenas mi vacío, que me amas y me haces feliz.

Acéptame, tierna Madre, y haz de mí un instrumento para la renovación del mundo en Cristo y la edificación de la Iglesia Nueva, un reino de amor y de justicia, de verdad y de paz.

Creo en mi misión de Obispo. En este día de mi alianza de amor, te pido que intercedas ante Jesús para que se cumpla la palabra del Señor:

“Te he puesto como luz de los gentiles,

 Para que lleves la salvación hasta el fin de la tierra” (Hechos 13,47) Amén.”