El Arzobispo, Monseñor Edgar Peña Parra, Diputado de la Secretaría de Estado del Vaticano, peregrinó al Santuario de la Madre y Reina, Tabor, Redención de la Familia, en Río de Janeiro/RJ.
La invitación de visitar el Brasil procede del Cardenal, Moseñor Orani Tempesta, con ocasión del centenario de la reapertura del Seminario São José, en la Arquiidiócesis de Río de Janeiro, el 25 de mayo. Al día siguiente, el Cardenal Orani Tempesta llegó al Santuario a las 9:30 a.m., acompañado por el Arzobispo Edgar Peña Parra, Monseñor Bruno Bastos Lins, el Canónigo Jorge André Pimentel Gouvêa y Monseñor André Sampaio de Oliveira. A pesar de la lluvia torrencial – signo de la gracia que Dios envió – unos 500 peregrinos acudieron a recibirlos con cantos festivos.
En oración y en familia
La Hermana M. Dioneia Lawand, dirigente local del Movimiento de Schoenstatt, les dio la bienvenida y los condujo al Santuario, donde rezaron en silencio. A continuación, la Hermana Dioneia pronunció unas palabras de saludo y una reseña del Movimiento de Schoenstatt en Río de Janeiro. El Cardenal Orani Tempesta agradeció a las Hermanas por su trabajo de evangelización en la Arquidiócesis. El Arzobispo Edgar Peña, invitó a todos a rezar por las intenciones del Papa Francisco e impartió la bendición. A continuación, todos renovaron su consagración a la Santísima Virgen.
El Consejo de la Familia de Schoenstatt les dio la bienvenida con un desayuno, en un ambiente muy alegre y familiar. Se les presentó el Movimiento de Schoenstatt y el Santuario de la Familia en un breve vídeo. El Arzobispo Edgar Peña, recibió como regalo una pequeña imagen peregrina (de la Virgen Peregrina de Schoenstatt) y otros materiales de Schoenstatt. Se interesó por la Campaña de la Virgen Peregrina de Schoenstatt[1] y la Hermana M. Shaiane Machado le explicó cómo está organizada y cómo funciona. Monseñor Edgar Peña comentó que la Santísima Virgen une a todos sin distinción. «Es profundamente mariano», dice la Hermana Shaiane. «Se siente su amor por la Madre de Dios. Para demostrarlo, me mostró su anillo episcopal con la imagen de Maria Salus Populi Romani«[2].
Un saludo del Papa (Francisco)
A pesar de la fuerte lluvia, se dirigieron a la carpa donde los peregrinos estaban terminando el rezo del santo rosario. El Cardenal Orani les saludó cordialmente y les presentó al Arzobispo Edgar Peña, que les dirigió unas palabras. Les contó que había ido a ver al Papa (Francisco) antes de su viaje, quien había enviado muchos saludos y bendiciones a todos los que habría de conocer:
“Estaba contemplado en el Plan de Dios, que hoy me encontrara con esta comunidad de peregrinos que aman tanto a la Virgen María. ¡Ella une a los católicos! San Juan Bosco decía que hay tres amores que nos hacen católicos: el amor a la Eucaristía, porque en la Eucaristía Cristo está verdaderamente presente. El segundo es el amor a la Virgen María, nuestra Madre y la Madre de Dios, elegida desde la eternidad y a la que los peregrinos vienen aquí a venerar como la Virgen de Schoenstatt. El tercero es el amor al Papa«. Luego invitó a rezar por el Papa Francisco, por el Cardenal Orani y por las vocaciones, e impartió la bendición. El Cardenal Orani agradeció a todos por su acogida. “
Unidos en la sinfonía de la oración
Ambos fueron conducidos al tablón de anuncios – «Sinfonía de la oración», donde se coloca una pegatina por cada rosario rezado, y la Hermana M. Dioneia explicó que se trata de un «regalo» entregado al Papa Francisco por el Año Santo y al Cardenal Orani por sus 50 años de sacerdocio.
El Arzobispo y el Cardenal también colocaron una pegatina en el rosario.
La Hermana M. Shaiane subrayó que los dos fueron a la carpa bajo la lluvia y se mojaron. Pero «se veía que lo más importante para el Arzobispo Edgar Peña era estar allí. Estaba dispuesto a tomarse fotos con todo el mundo sin prisa. Su trato sencillo, acogedor y fraternal es lo que recuerdo de esta visita».
«Al final de esa mañana, cuando ‘sentí el abrazo de la Iglesia’, recordé la misión del 31 de mayo, cuyo jubileo estamos celebrando: