NOVIEMBRE
“Para ser bueno, también se necesita un poco de tiempo.” J. K.
PACIENCIA
En realidad, sé que no es prudente responder inmediatamente a un comentario o a un correo electrónico que me molesta. Y, sin embargo, a veces me resulta difícil. Ojalá tuviera la actitud que tenía mi abuela en su vejez, cuando hacía tiempo que la vida se había reducido a las cuestiones realmente centrales.
«Vamos, déjalo estar»,
solía decir a temas que la habrían molestado en sus primeros años. Eso no era resignación. Eso era serenidad.
Sí, para ser bueno se necesita tiempo: tiempo para crecer y madurar.
Tiempo para hacer una pausa, para que crezca el sentimiento de la reacción correcta. Tiempo para ordenarse en lugar de ceder al primer impulso. A veces ayuda «consultarlo con la almohada» durante una noche. Esto pone algunas cosas en perspectiva, y un disgusto puede incluso convertirse en una buena sugerencia.