“¿Cómo es mi camino de santidad?”
Fue la pregunta que trataron quince jóvenes de diversas ciudades de los estados de Rio Grande do Sul y de Santa Catarina, Brasil, del 9 al 11 de noviembre en una jornada en Santa Maria. Nos hemos inspirado en el lema que eligieron las novicias para su vestición, y nos preguntamos sobre la vocación a la vida consagrada.
Después de recorrer las huellas del Padre José Kentenich junto al santuario Tabor, quisimos descubrir también las huellas de santidad en la vida de los “héroes de Schoenstatt”. Nos preguntamos si su vida también atestigua lo que dice el Santo Padre, Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate:
“Para ser santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos. (…) Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra.” (Gaudete et Exsultate, nr. 14)
Esto es lo que queríamos ver en el testimonio de vida de nuestros héroes de Schoenstatt, de nuestro Padre y Fundador José Kentenich, de José Engling, de João Luiz Pozzobon, de la Hna. M. Emilie, de la Hna. M. Emanuele, del Padre Franz Reinisch, de Bárbara Kast y de tantos otros que descubrieron el santuario de Schoenstatt como la “cuna de santidad” y pusieron sus vidas al servicio de este gran ideal.
El punto culminante de este encuentro fue la solemne vestición de una joven, Renata Zanchin, quien consagra su vida totalmente a Dios en el Instituto de las Hermanas de María de Schoenstatt.
Durante estos días escuchamos testimonios de las novicias acerca de cómo hallaron el camino hacia nuestra comunidad. Dios guió a cada una de manera original, pero todas obtuvieron claridad respecto a su vocación en el santuario de Schoenstatt. Por eso las novicias afirman con convicción el lema: “Elijo a la MTA y a Schoenstatt como mi camino de santidad.“ Buscando su propia vocación, cada joven participante de este encuentro se llevó a casa una pregunta que aguarda una respuesta: