Vestición de la Hermana M. Renata Zanchin
en Santa Maria, Brasil
El 10 de noviembre de 2018 tuvo lugar la solemne recepción de la joven Renata Zanchin en nuestro Instituto Secular de las Hermanas de María de Schoenstatt. Este fue el punto culminante de un camino de cinco años, desde que ella conoció a las Hermanas de María y se decidió a seguir el llamado de Dios en nuestro Instituto. Monseñor Elói Róggia, obispo emérito, quien anteriormente se desempeñara en la prelatura de Borba, Amazonas, y es miembro de la comunidad de los Palotinos, fue el celebrante principal de la Misa de vestición. Otros dos sacerdotes palotinos, un sacerdote de la comunidad de los Padres de Schoenstatt, un diácono y dos seminaristas participaron también de esta celebración.
Los familiares de la novicia, peregrinos de su parroquia y miembros de la Familia de Schoenstatt de la diócesis de Frederico Westphalen recorrieron unos 450 km en omnibus para participar de esta fiesta. También la Familia de Schoenstatt de otras cuatro diócesis del estado de Río Grande do Sul, sobre todo jóvenes y un grupo de chicas de Santa Catarina viajaron durante toda una noche para estar presentes en la vestición.
Había mucho para hacer en preparación a esta fiesta y la Familia de Schoenstatt en Santa María colaboró activamente, asumiendo, por ej., el almuerzo que se ofreció después de la Misa. Para la Juventud Femenina de la arquidiócesis de Santa Maria esta vestición fue un acontecimiento muy especial porque dos novicias: la Hna. M. Antônia y la Hna. M. Renata fueron miembros de la misma durante mucho tiempo.
La procesión solemne comenzó a las 9:15 hs. acompañada de un sol radiante, de verano. Vestida de blanco, la novicia fue en procesión junto con las demás novicias que una semana antes habían tenido su vestición en Garanhuns, con la maestra de novicias y la dirección provincial, siguiendo las huellas de nuestro Padre y Fundador, desde la casa provincial hasta el santuario de Schoenstatt. Allí las esperaba el obispo. Después de rezar una oración y de recibir la bendición episcopal, se añadieron los padres quienes acompañaron a su hija hacia la Iglesia del Tabor, donde tendría lugar la vestición.
La Santísima Virgen nos envió las azucenas
Acompañada por el sonido de la campanita del santuario, la procesión pasó por donde estaban las jóvenes quienes espontáneamente aplaudieron, expresando así su alegría por la decisión vocacional de la Hermana M. Renata y las cinco novicias del noreste de Brasil. También en el pasillo que conduce a la Iglesia del Tabor esperaban a las novicias jóvenes que portaban azucenas en sus manos.
El adorno de cada lugar irradiaba la belleza de las azucenas: estas adornaban la capilla, el santuario y toda la casa. “La Santísima Virgen nos envió las azucenas”, dijo la Hna. Jéssica Maria, quien es parte del equipo de organización. Las Hermanas no habían encontrado ni una azucena en las florerías de la ciudad. Pero un día antes de la vestición, una florería trajo un coche lleno de azucenas a la casa del Movimiento. Pronto se constató que se trataba de un error ya que las azucenas eran para una boda que tendría lugar una semana más tarde.
La florería había confundido la fecha y trajo las flores una semana antes. ¿Un error? ¡Seguramente no! Fue un regalo de la Santísima Virgen, una señal para iluminar el misterio de la vocación a la vida consagrada en la entrega indivisa a Dios y a su Reino.