18.12.2019

El secreto de las Hermanas

Hna. Ann-Marie Nicholas

Durante su visita a Cathcart en 1948, el Padre Kentenich, fundador de Schoenstatt, dijo a la gente que las Hermanas tenían un secreto. El secreto era que habían prometido construir un Santuario de Schoenstatt. El Padre Kentenich explicó a la gente que esto sólo era posible con la ayuda de la gente del lugar. Todos ellos tenían que pedir a la Virgen que descendiera y se instalara en el Santuario.  La gente se tomó esto en serio y ayudó de diferentes maneras.

Como la zona era muy rocosa, hubo que usar dinamita para crear espacio en la roca. Las mujeres y los niños del lugar ayudaban a las Hermanas a romper las piedras.  Estas fueron utilizadas como piedras para los cimientos. La gente ayudó a financiar la construcción, también ayudaron espiritualmente. Las Hermanas animaron a la gente a rezar por la construcción del santuario y a hacer sacrificios.

Un niño pequeño trajo una vez un caramelo muy arrugado y pegajoso a la Hermana como su pequeño sacrificio y le dijo solemnemente: «Sólo lo lamí una vez». Todos estos grandes y pequeños aportes ayudaron a

inaugurar el Santuario de Cathcart el 18 de diciembre de 1949.

En este año hemos celebrado los 70 años del Santuario de Cathcart, el primer Santuario de Schoenstatt en tierra africana.

Fue un día de gracias y bendiciones

Porque la fecha del jubileo queda tan cerca de Navidad, éste se celebró el 16 de noviembre, el día de cumpleaños del Padre Kentenich. El celebrante principal de la santa Misa fue el Padre Bernd Biberger, Director General de las Hermanas de María de Schoenstatt. Él estaba de visita con las Hermanas de la Provincia de Sudáfrica durante tres semanas. El Padre Ludwe Jayiye, miembro de la Federación de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt, celebró la Santa Misa con él. Este sacerdote encontró su vocación a la sombra de este Santuario Cathcart. Actualmente trabaja en la diócesis de Port Elizabeth.  El Padre Inocencio, un Padre Pallottino que celebra cada dos semanas la Santa Misa en la parroquia de Cathcart, también participó en el jubileo.

Gratitud por 85 años de trabajo misionero

La misa jubilar fue un punto culminante en la historia de Cathcart y una ocasión para agradecer por 85 años de trabajo misionero de las Hermanas de María de Schoenstatt en Cabo Oriental. Las primeras hermanas llegaron a Cathcart desde Alemania en 1934. Trabajaban en Queenstown, Cathcart, MacKay’s Nek y Grahamstown y a menudo servían a los más pobres de los pobres.

Cuando fueron enviadas a Sudáfrica, la comunidad tenía sólo ocho años y las Hermanas eran todavía jóvenes e inexpertas. Cuando llegaron, no tenían la experiencia suficiente para hacer frente a la mayoría de las circunstancias a las que se enfrentaban. Pero con gran fe, amor y fidelidad a la misión que el fundador de Schoenstatt les había encomendado, comenzaron valientemente su trabajo. Con pocos medios – su primera casa fue alquilada y equipada con mesas, sillas y camas prestadas, ya que no tenían nada y muy poco dinero – lograron grandes cosas y ayudaron a innumerables personas.

Los peregrinos vinieron de cerca y de lejos a la celebración

en honor a la Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt, para agradecer por la rica bendición que partió de este lugar de gracias y peregrinación en el Cabo Oriental. Vinieron desde Londres Este, Stutterheim, King Williams Town, Port Elizabeth, Queenstown y hasta Ciudad del Cabo para participar en las celebraciones. Miembros del coro de la comunidad de habla xhosa de Kati vinieron a contribuir a la celebración con sus cantos.

Los niños que participan en el programa semanal «After Schools» aprendieron con entusiasmo los textos en inglés – Xhosa es su lengua materna. Además, los niños del proyecto musical Inchopo aprendieron una pieza musical para la meditación después de la Santa Comunión.

Durante las celebraciones, peregrinos de diferentes partes de Sudáfrica se hicieron cargo de las lecturas e intercesiones. Fue realmente una celebración hermosa y variada.

“Santuario Madre de África”

En su prédica, el Padre Biberger destacó algunos ejemplos de la gran bendición que partió de este santuario en Cathcart. Como primer Santuario de Schoenstatt en suelo africano, se le llama cariñosamente «Santuario Madre de África». Este lugar de gracias está especialmente conectado con los otros ocho Santuarios de Schoenstatt en África. Es sobre todo el primer Santuario de los muchos países de habla inglesa en los que Schoenstatt se ha afianzado.

Hermanas de Sudáfrica, Escocia, Irlanda y Kenia participaron en las celebraciones. Sus historias vocacionales están relacionadas con el Santuario de Cathcart.

Después de la Misa, se sirvió té y pasteles y los invitados tuvieron la oportunidad de hablar y compartir sus experiencias relativas al Santuario de Cathcart.

Espacio de oración y de encuentro con el fundador

Muchos aprovecharon la oportunidad para visitar la “pieza del Padre”. Esta es la pieza en la que el Padre Kentenich vivió durante su visita a Cathcart. Aquí se pueden ver muchos de los objetos que él utilizó en su estadía. Se ha convertido en un lugar de oración y de encuentro con el fundador de Schoenstatt.

El día culminó con la bendición en el Santuario incluyendo en ella a todos los peregrinos, para que tuvieran un buen viaje de regreso a sus casas.