Un baterista convoca con su batería
a donar dinero para Burundi
En una sesión de 20 horas en un estudio de grabación cerca de Munich, Bernhard Boll puso el fundamento para su proyecto tan querido: Un solo de batería, con el que recauda dinero para una nueva clínica en el centro misional de Mutumba (Burundi/África).
El video de youtube dura seis minutos y medio.
Para experimentar: ritmos variados, salpicados de luz y efectos especiales. El proyecto de donación se lleva a cabo en cooperación con la Central de Misiones de las Hermanas de María de Schoenstatt.
El primer estímulo para el proyecto surgió en junio del 2019, cuando Bernhard Boll visitó a su madre. Había fallecido su tía, Erna Kiebler. Ella era Hermana de María de Schoenstatt y en 1952, a la edad de 23 años fue enviada a Sudáfrica como Hermana M. Bernita. En 1962 partió a Burundi junto con otras dos Hermanas.
Allí debían edificar un centro misional. Hoy existe una capilla, un centro de salud con un dispensario, sala de maternidad y una enfermería de 40 camas, un puesto de enfermería y una escuela comercial superior con internado. Sin embargo, todavía falta una pequeña clínica donde se puedan realizar operaciones simples como cesáreas.
Hasta su muerte, la hermana M. Bernita había jugado un papel decisivo en la construcción del centro misional y ayudó a miles de personas necesitadas. Ya en 1992 fue galardonada con la Cruz al Mérito Federal por el Presidente de la República Federal de Alemania, Richard von Weizsäcker.
Para el padre de familia, que había mantenido correspondencia con su tía durante años, la visita a su madre fue el comienzo de su proyecto tan querido: “Juntos revisamos fotos, informes de periódicos y documentos de los últimos 60 años. Tuvimos una conversación muy emotiva. Me hizo dar cuenta una vez más de lo que esta mujer ha logrado”, dice el señor Boll.
Pronto nació la idea de combinar el proyecto con su gran pasión, tocar la batería. “La conexión entre mi tía, el país y el centro misional como también mi hobby, es algo simplemente fascinante”, se alegra él.
Al fin y al cabo la cultura de la percusión en Burundi es única: aquí los niños aprenden a tocar el instrumento y, sobre todo, a construirlo en sus primeros años de escuela. El llamado tambor Karyenda, como símbolo de esperanza y paz, no debe faltar en ninguna fiesta o Misa.
En otoño de 2019 las cosas se pusieron serias para Bernhard Boll: La grabación del video en el estudio se estaba por llevar a cabo. “Al principio yo estaba muy nervioso”, afirma el baterista. “Pero he conocido a grandes personas que me han apoyado en todo, ya sea en grabaciones de sonido y de película o en la edición.” A pesar de que muchos ayudaron, llevó más de 20 horas coordinar los efectos de sonido e iluminación y finalizar el video. “Creo que ese día sentí que había tocado el solo de batería 30 veces”, dice el señor Boll y se ríe.
El cincuentañero creó él mismo este solo y también programó un sitio de Internet correspondiente. Desde principios de noviembre todo está en internet. Hasta ahora, se han recibido donaciones de unos 10.000 euros. Los planes para la construcción de la pequeña clínica ya están en marcha.
Boll sabe que hay un largo camino a recorrer hasta llegar a su meta. Pero él dice: “Estoy feliz por cada donación, no importa cuán pequeña sea, y espero que la gente reenvíe a sus conocidos el enlace al sitio web, para que la mayor cantidad de gente posible pueda conocer este proyecto.”
En este año Bernhard Boll visitará Burundi por primera vez. “Hasta ahora temía un poco por los muchos disturbios. Pero ahora estoy decidido.”
El video, la posibilidad de donación y otra información interesante sobre el proyecto se puede encontrar en