“Que yo quiera a mis niños no se demuestra en dichos y declaraciones de amor. Ciertamente éstas también se pueden hacer pero no son prueba de un amor auténtico. Pablo nos dice: ‘El amor es indulgente, bondadoso, paciente’, etc. Estas son cosas de la vida diaria sobria. También nosotros debemos verlas así, sobriamente.”
4. – 8.9.1950
IMPULSO
En los seminarios de comunicación se aprende: “El lenguaje corporal nos revela más sobre los sentimientos y pensamientos de una persona que lo que pueden hacerlo las palabras. Porque la mímica y los gestos son auténticos.”
Algo similar se aplica a nuestras acciones. Las palabras: “Te quiero y quiero hacerte el bien” no son lo esencial. Se trata de que realmente haga y ponga por obra yo el bien.
Así debe comprobarse una y otra vez en obras y gestos concretos nuestro amor a las personas que nos rodean.
¿En qué ocasiones digo demasiadas palabras a las que les siguen muy pocas acciones?
¿Qué estoy dispuesto a invertir y regalar de mí para que aquellos que me han sido encomendados perciban cuánto los quiero?