en el Centro de Schoenstatt, Liebfrauenhöhe
El tiempo de Pandemia lleva más de un año pesando sobre nosotros. Nadie puede superarlo del todo, y todos nos vemos afectados. También yo. Las restricciones, actualizadas y cada vez más largas, limitan mi tarea de inspirar y ayudar dentro del «Movimiento de Mujeres y Madres de Schoenstatt» y en el Centro de Schoenstatt Liebfrauenhöhe. Sólo las reuniones de oración, son posibles de manera presencial. Algunos eventos pueden realizarse virtualmente, pero falta el encuentro personal.
Fue y sigue siendo difícil para mi, no poder estar ahí para la gente, en contacto directo, no poder dar ayuda como siempre para afrontar la vida cotidiana y poder transmitir valor, confianza y seguridad desde la espiritualidad de Schoenstatt.
Sin embargo, el tiempo de Pandemia también tiene efectos positivos. Lo que me reconforta es el «descubrimiento» en esta situación, de que no estoy sola con mi anhelo. Que nos hemos sentado – una y otra vez – para reflexionar precisamente sobre esta cuestión:
«¿Cómo podemos estar ahora para la gente?»
«¿Qué podemos hacer, qué podemos ofrecer, qué podemos iniciar para que la gente pueda entrar en contacto con Dios de una manera muy natural?»
«¿Cómo podemos hacer de nuestro Santuario de Schoenstatt un lugar de gracias?»
Estamos agradecidos de que, en nuestro compromiso conjunto, hayamos podido dar un impulso a algunas cosas. Sobre todo, estamos muy contentas con la última iniciativa, la «Camino de Pascua Liebfrauenhöhe».
Camino de Pascua Liebfrauenhöhe
La Semana Santa, con su rico simbolismo, ofrecía muchas posibilidades para la realización de un camino de Pascua: con varias estaciones, repartidos al aire libre en la amplia zona, que quería hacer tangible la Pascua para los visitantes, especialmente las familias con niños. La experiencia ha demostrado que, con esta iniciativa, vamos por el buen camino. Hubo contacto con la fe, a través de experiencias vitales como:
- Una actividad de colorear huevos de pascua,
- Comiendo corderito de pascua, pan casero,
- Encendiendo un cirio pascual,
- Llevándose a casa, símbolos como el agua y la luz de pascua,
- Maravillarse y acariciar a ovejas de verdad…
Esto es lo que la gente busca y necesita hoy en día. Esto es lo que abre el acceso a los contenidos de la fe de los que los símbolos son un signo.
Una de las estaciones ofreció la posibilidad de escribir intenciones y preocupaciones en una tarjeta de Pascua y colocarla en un buzón, con la promesa de que una de las Hermanas incluiría estas intenciones y a las personas en sus oraciones. Fue conmovedor – y también sorprendente – para nosotros ver cuántas personas aceptaron esta oferta y cuántas escribieron su dirección en la tarjeta para recibir una respuesta personal de una Hermana de María.
Las ovejas de verdad, en el camino de Pascua fueron, por supuesto, el punto culminante – para jóvenes y mayores, también para nosotras las hermanas, incluyéndome. Recién como Hermana de María desarrollé una relación más profunda con mi apellido suabo «Lämmle» – y por lo tanto con Jesús, como Cordero Pascual y Buen Pastor.
Colaboración
Lo que me inspira y anima en nuestro Camino de Pascua y en todas las iniciativas es la colaboración en el equipo de Hermanas de nuestro Centro, que incluye a la Directora de la Casa, a la Hermana encargada de los peregrinos y a la Hermana encargada de la juventud. «Hay una chispa que cae en los corazones abiertos y se enciende», es como describe el proceso uno de los miembros del equipo. Le entusiasma – como a mí – que «no hay un debe» detrás de nuestro compromiso, sino una «alta motivación» que aporta «eficacia y creatividad». Cada una contribuye de forma sencilla según sus diferentes talentos -organizativos, espirituales, imaginativos, de escritura, prácticos- y se alegra del talento de las demás. La motivación se ve reforzada para nosotros por la alegría y el compromiso de las numerosas hermanas que viven en Liebfrauenhöhe. Sin su participación, esta iniciativa no sería posible. Cuando surge la conciencia y la actitud ante la vida y cuando se pronuncian las palabras «Nosotras, las Hermanas de María, iniciamos…», esto significa para mí plenitud y felicidad. Estoy muy motivada para nuestras próximas iniciativas, que hemos planificado poco después de la conclusión del Camino de Pascua.