El nacimiento de Jesús nos manifiesta el misterio del amor de Dios a nosotros, los hombres, de manera especial, a los más pequeños. En el jardín de infantes “Jardín de María” de las Hermanas de María de Schoenstatt en Santa Maria, Brasil, se pudo volver a vivenciar este misterio en la celebración navideña del 6 de diciembre de 2017.
“¡Voy a actuar de María!”
Como todos los años, la celebración tuvo lugar en torno al santuario de Schoenstatt “Tabor”, donde se reunieron las familias de los niños. Los doce grupos de niños, desde guardería hasta preescolar, presentaron el nacimiento de Jesús a través de un pesebre viviente con símbolos y cantos en portugués, español, inglés y alemán.
En el primer ensayo para la celebración, la Hna. M. Jessica le dijo a Alice, la pequeña de cinco años de edad, que ella había sido elegida para hacer de María en el pesebre viviente. Alice, sorprendida preguntó: “¿Cómo? ¿Yo voy a actuar de María?” La hermana se lo confirmó: “Sí, y tu hermanito va a hacer de Niño Jesús.” Feliz, como si hubiera recibido una noticia maravillosa, Alice se puso a saltar delante del santuario y a abrazar a quien pasaba por allí, diciendo: “¡Voy a hacer de María!” El día de la representación ella fue la primera que se puso su traje de María. Era conmovedor ver cómo la pequeña María cuidaba maternalmente al “Niño Jesús”.
Jesús llama a la puerta de cada corazón
Se dio otro episodio con un niño que hacía de posadero en el pesebre viviente. Cuando el niño, de cuatro años de edad, escuchó a la hermana decir que María y José había llamado en vano a varias puertas, le preguntó preocupado a la hermana: “¿Van a llamar también a la puerta de mi papá?” La hermana le respondió: “Sí, Jesús llama a la puerta del corazón de cada persona.” Él se quedó pensando y volvió a preguntar: “¿van a llamar también a la puerta de mi mamá?” Al recibir una respuesta positiva, se alegró y trató de hacer especialmente bien su papel en el pesebre viviente.
El pesebre está listo
Un día después de la celebración los niños encontraron en la escuela un pesebre ya listo. Un niño de dos años entró y vio el pesebre. Al ver que el Niño Jesús no estaba, preguntó espontáneamente: “¿Dónde está el niño Jesús?” Aunque todavía es tan pequeñito, ya sabía que el Niño Jesús no puede faltar, y de este modo puso de manifiesto que él había captado el verdadero significado de la Navidad.
También en esta Navidad María y José llaman nuevamente a la puerta de nuestro corazón. Al igual que los niños, recibámoslos, preparándonos con nuestras familias para el nacimiento de Jesús.