A finales de octubre, las Hermanas de María de Schoenstatt organizaron un retiro vocacional en Londrina, en el estado brasileño de Paraná. Doce jóvenes participaron en la casa y santuario de las Hermanas de María de Schoenstatt, otras dos participantes se conectaron por Internet.
El lema era:
«Los corazones arden, nos ponemos en marcha»
Este es el tema del tercer año de vocaciones en Brasil. Se invitó a los jóvenes a reflexionar sobre su vocación. Fueron dos días llenos de espiritualidad, con temas que ayudan al discernimiento vocacional y momentos de encuentro con las Hermanas.
Para comprender mejor la vida consagrada y el carisma del Instituto Secular de las Hermanas de María de Schoenstatt, hubo testimonios y charlas con las Hermanas y los jóvenes. La cena con las Hermanas fue una buena ocasión para compartir. El grupo de jóvenes que viven juntas como candidatas en Atibaia, São Paulo, se presentaron por videollamada, cantaron canciones y compartieron sus experiencias con los jóvenes.
Decidir una vocación
Todas desearon participar en las próximas reuniones y pidieron a las Hermanas que siguieran promoviendo estos encuentros, a ser posible durante más tiempo.
Para María Carolina Lidione, los temas eran muy importantes. Pudo ver que el camino vocacional de cada persona es único y que cada uno tiene su propio tiempo para descubrir su vocación.
Lo que le gustó a Sabrina Baron fueron las charlas porque, dice, «recibimos muchas sugerencias sobre cómo vivir una vida de santidad y religiosa. Los momentos de oración también fueron muy buenos».
Las charlas, dice Renata Helena de Oliveira, «me dieron mucho que pensar».
La vocación es gracia
La vocación es gracia y la gracia tiene su hora. ¡No debemos perder la hora de gracia en nuestras vidas!
La juventud es el momento adecuado para realizar el plan único que Dios tiene para cada uno de nosotros.