12.05.2023

La Nazarena: 5 años – 01

Hermana María Asunción Girado
Buenos Aires, Argentina

5 años atrás La Nazarena abría sus puertas.

el Centro de desarrollo humano, que las Hermanas de María de Schoenstatt tenemos en la ciudad de Florencio Varela (Buenos Aires, Argentina) abría sus puertas para cambiar la vida de muchas personas. Para estas “muchas personas”, La Nazarena es un lugar donde …

– Para estas “muchas personas”, La Nazarena es un lugar donde:

– respuesta de niños, adolescentes y madres que asisten diariamente a La Nazarena –

  • me divierto
  • me enseñan a respetar
  • hay compañerismo
  • puedo valorar lo que me dan
  • juego
  • siento paz
  • hago amigos
  • me ayudan
  • es mi casa, no me quiero ir
  • me gusta estar
  • me siento muy bien
  • estudio mucho
  • aprendo
  • hay amor
  • hago deportes
  • hago huerta
  • dibujo
  • puedo compartir
  • me siento contenida
  • me siento en familia
  • hay alegría
  • siento apoyo
  • me puedo alimentar
  • se valora el esfuerzo
  • me siento bien
  • somos unidos
  • me encuentro con María
  • crezco en espiritualidad
  • misionamos
  • es todo.
  • siento apoyo
  • me puedo alimentar
  • se valora el esfuerzo
  • me siento bien
  • somos unidos
  • me encuentro con María
  • crezco en espiritualidad
  • misionamos es todo.

La Nazarena es todo

Esteban, un joven de 23 años, asiste a La Nazarena desde sus inicios. Tiene 7 hermanos y actualmente se encuentra iniciando el 2do año de la carrera de Ingeniería Informática en la Universidad Nacional Arturo Jauretche. Su testimonio, su rostro, sus gestos, sus anécdotas, su actitud de servicio y gratitud por todo lo que recibió en estos años en este lugar, son signos de que a Esteban (como a muchas otras personas) La Nazarena le cambió la vida. Desde niño, junto a sus amigos del barrio, tenía grandes sueños y él mismo afirma que si no hubiera conocido La Nazarena, su camino habría tomado otro rumbo, semejante, tal vez, al de tantos jóvenes que hoy se encuentran sumergidos en la droga, la violencia, el alcohol… y sus sueños se habrían desvanecido.

Hoy, Esteban, tiene el sueño de poder concluir su carrera y poder llegar a ser él mismo donante de La Nazarena. En estos 5 años pudo finalizar el secundario y obtener una beca para formarse y convertirse en Programador, lo cual hoy en día le ayuda muchísimo para la carrera que está cursando. Además, esto lo capacitó para poder ser actualmente profesor de Informática para los chicos que asisten a La Nazarena y para los adultos que son parte del curso de formación en oficios de Informática Inicial junto con Fundación Educando, comprometidos también en el inmenso poder de la educación como vehículo para transformar vidas. Pero todos los logros alcanzados no fueron mero voluntarismo, casualidad o suerte. Requirió mucho esfuerzo y atravesar noches oscuras. Esteban cuenta que La Nazarena fue su salvavidas y su motor para seguir adelante ante las adversidades.

En una entrevista le preguntamos:

  • ¿Con qué palabra definirías a La Nazarena? y ¿Por qué?

(Se queda pensando) ¡Qué difícil resumirlo sólo en una palabra! (Entre sonrisas) Yo diría: motivación, impulso, crecimiento. La Nazarena es un lugar donde te ayudan a crecer, no solamente en edad y “en el tiempo” sino también en valores y educación, que es una de las cosas más importantes. Es un lugar que acompaña tu crecimiento y desarrollo personal integral, donde con el tiempo llegas a darte cuenta lo mucho que vales, acá en La Nazarena pero también para el mundo. (Se queda pensando) En La Nazarena encontré una comunidad que me apoya, que me quiere, que me impulsa a crecer!

  • ¿Qué te regaló poder asistir a La Nazarena a lo largo de estos 5 años?

¡Muchas cosas! Mucha experiencia en muchas cosas. Por un lado, en el trato con los demás, con las personas, con los jóvenes. También en el liderazgo, actualmente soy el referente de los adolescentes.

También, el vínculo con Dios, con la Mater. Algo especial fue el poder ir a misionar. En la línea del liderazgo, este año me tocó ser rector de la misión que hicimos en febrero en Mechongué, Provincia de Buenos Aires. Fue un poco estresante, pero estoy feliz porque muchos de los chicos se animaron a ir. Un momento fuerte para mí en la misión fue el rosario iluminado. Los jóvenes del lugar no estaban interesados, todo lo relacionado a Dios no les llamaba la atención, la Misa les resultaba aburrida; por eso los invitamos al rosario y le dimos una vela a cada uno. Después de cada Ave María tenían que prenderla y pasar a dejarla en el suelo, así se iba armando el rosario iluminado. Fue algo muy lindo y muy fuerte ver como esos chicos que están tan alejados de Dios, en ese momento, sin saberlo, estaban tan cerca. Ellos pudieron descubrir así el amor y el motivo por el que nosotros habíamos ido que es enseñarles la palabra de Dios. ¡Eso fue algo que me gustó mucho!

Por otro lado, en estos 5 años, La Nazarena también me regaló mucha experiencia laboral. Los cursos que realicé con la fundación Educando, los trabajos que pude conseguir a través de La Nazarena, todo me sirve como aprendizaje.

Por último, algo para agregar, el tiempo de la Pandemia. Fue muy difícil. Me considero una persona completamente diferente al 2019. En el 2020 me sentí en un pozo y de a poco fui aprendiendo un poco más de mí, descubriendo lo que me gustaba, conociéndome y así pude salir adelante. Desde La Nazarena siempre estuvieron presentes en todo, me apoyaron y acompañaron.

–  Continuación  –