20.11.2023

Inscrito en el corazón

Török Péter és Orsi;
Hermana Gertrud-Maria Erhard,
octubre de 2023
Hungría

„Enciende nuestros corazones en tu amor»

 «Szeretet áradjon köztünk” … Deja que el amor fluya entre nosotros .
..deja que el amor arda dentro de nosotros, deja que el amor nos llene, te lo rogamos, Señor.
Permite que nuestros corazones se unan en amor fraterno, todos somos un solo corazón en Ti.
Enciende nuestros corazones en tu amor.»

– Este es un himno húngaro que se canta a menudo en Hungría y específicamente en la Familia de Schoenstatt húngara. Recoge un rasgo característico de los húngaros: son gente de corazón. Al mismo tiempo, son también orgullosos conquistadores que, según la leyenda, presumiblemente vinieron de los Urales a caballo hace muchos años y conquistaron la cuenca de los Cárpatos, su actual patria.

Durante la Semana de octubre de este año,

la Jornada anual de la Familia de Schoenstatt, unos 60 representantes de los distintos grupos del Movimiento (de Schoenstat) se dieron a la tarea de buscar el nombre, la misión del Santuario Nacional de Óbudavár en el lago Balaton. Desde hace casi 40 años, las familias se reúnen allí para talleres y conferencias, donde poco a poco ha ido creciendo un floreciente Centro de Schoenstatt. El primer Santuario de Schoenstatt en suelo húngaro, se encuentra allí desde hace 18 años. Es una fuente de gracias, paz y alegría, un «Tabor» para innumerables familias, jóvenes y niños.

¿Qué experiencias hemos tenido ya en Óbudavár? ¿Qué significa para nosotros el Santuario de Óbudavár? ¿Cuáles son nuestras raíces, nuestra motivación, qué frutos hemos cosechado ya? ¿Cómo surgió la construcción del Santuario y del Centro de formación? ¿Cómo experimentamos aquí el carisma del Padre Kentenich (Padre Fundador de la Obra de Schoenstatt), especialmente en el crecimiento y liderazgo de nuestra comunidad? ¿Cómo surgió el „Camino Matrimonial”, que en poco tiempo se extendió mucho más allá de las fronteras de Hungría? ¿Cuál es el objetivo de la segunda versión del  „Camino Matrimonial: El Camino Matrimonial a la Luz de la Eucaristía”? ¿Cómo surgieron las comunidades juveniles húngaras?

¿Cuál es el perfil cultural, el carácter de los húngaros?

¿Cómo surgió nuestro Santuario, fruto de más de 100 Santuarios del hogar? ¿Qué significa para nosotros el sacrificio de la vida de Csaba Ozsvári y de muchos otros de nuestros seres queridos? ¿Qué significan para nosotros los símbolos de nuestro Santuario: la gran tinaja (para el capital de gracias) del Santuario, la Cruz Húngara de la Unidad, la estatua de la familia real húngara Stefan, Gisela y Emmerich, que pertenecen a la hora fundacional del Imperio Húngaro? ¿Qué significan para nosotros la corona húngara de la «Reina de la Vida», el jardín mariano que rodea el Santuario? Todo ello son signos de vida y devoción … Se hicieron breves presentaciones de 15 minutos sobre todos estos temas, que ilustraron vívidamente la vida fecunda de la Familia de Schoenstatt húngara.

En un siguiente paso, se recogieron los valores que se han vuelto importantes en este proceso de vida en el Movimiento y en los corazones individuales, y se agruparon en grandes y pequeños grupos. Los valores y símbolos formulados incluyen la Sagrada Familia Real, la entrega y la aceptación de uno mismo, la generosidad, la casa de María, «vivir la vida», la comunidad de corazones, el tender la mano a los demás, la unidad, la red de Santuarios del hogar vivos, el jardín mariano, la ventana al cielo, Sursum corda…

Durante la semana de octubre, se pudo sentir la presencia del Espíritu Santo y la fuerza de la unidad. Como un milagro, todos los presentes experimentaron cómo el nombre y la misión del Santuario Nacional de Óbudavar nacieron el 23 de octubre, en el «fervor revolucionario» (día festivo en Hungría en memoria de la Revolución húngara de 1956): 

El Santuario de los

«Corazones inscritos los unos en los otros»

(Inscriptio Cordis in Cor)

El nombre, la misión, es válido y comprensible a muchos niveles. Expresa la relación de los matrimonios y la calidad de la relación en general, la alianza de amor, el don total y la aceptación de sí mismo, la dimensión eucarística y trinitaria del sacramento del matrimonio, la relación con la Santísima Virgen (la Mater) en la Alianza de amor, la conexión entre los Santuarios del hogar, la unidad de toda la Familia de Schoenstatt húngara y la Iglesia. Finalmente, se trata de la maduración del amor y de la Alianza de amor hasta lo más profundo, los corazones inscritos los unos en los otros, la «Inscriptio cordis in cor». Se trata de una profunda comunión de corazón y destino, que hemos recibido y podemos esperar como una gracia en el Santuario de Óbudavár.

«Szeretet árodjon köztünk … Que el amor fluya entre nosotros …»

Estas palabras de la Tercera Acta de fundación (de Schoenstatt) ilustran nuestra misión:

«Queremos ofrecernos y entregarnos a los Maestros de la Obra, al Salvador y a la Santísima Virgen, no sólo ofreciendo la voluntad y el intelecto y la memoria, sino sobre todo ofreciendo el corazón. No nos contentamos con una comunidad de voluntades. La meta es más alta. Aspiramos a una pronunciada comunión de corazones, a una perfecta fusión de corazones, a la Inscriptio perfecta cordis in cor, a una perfecta „inscripción” de un corazón en el otro”

„En consecuencia, el corazón apunta a una doble profundidad:

Es el símbolo de las emociones, de la vida inconsciente y subconsciente (del alma). Queremos estar tan desprendidos de nosotros mismos que nuestra vida anímica subconsciente también se entregue sin reservas y sin condiciones como un instrumento a los Maestros de la Obra (Jesús y María). Esto es lo que queremos decir con las palabras: „Tres corazones y un latido”.  Tal desprendimiento perfecto por amor no son posibles sin una actitud positiva hacia la cruz y el sufrimiento, tal como se expresa en la Inscriptio. El universalismo o infinitismo de las profundidades exige de nosotros un desprendimiento perfecto en el sentido de la Inscriptio. A medida que miramos el corazón, surje en nuestros labios la oración:

«Por manos de mi Madre (y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt) recibe, Señor, la donación total de mi libertad soberana: toma mi memoria, los sentidos, la inteligencia; recíbelo todo como signo de amor. Toma el corazón entero y toda la voluntad, y de este modo se sacie en mí el auténtico amor; para mi mayor felicidad, cuanto tú me has dado, sin ninguna reserva te lo devuelvo. Sobre todo esto, dispón siempre a tu gusto”

El corazón también puede entenderse como el culmen y el núcleo de toda la personalidad. Nuestra medalla ilustra expresamente la entrega perfecta de toda nuestra persona al Salvador y a la Santísima Virgen, en el espíritu de la piedad instrumental. Si el instrumento como tal se caracteriza por el desprendimiento y la entrega, entonces el instrumento perfecto – tal como está representado en el símbolo del corazón – ha de esforzarse en todo lo posible, por el desprendimiento perfecto y la entrega perfecta …»

J. Kentenich, Tercera Acta de Fundación 8 de diciembre, 1944, p. 76 y ss.