26.12.2023

„Ad maiora natus sum.“

Hna. María de los Angeles Aliatta
Schönstatt, Alemania

„He nacido para algo grande“, 

esa es la premisa que resuena en la profundidad del corazón humano.

“He nacido para algo grande”, todos y cada uno hemos nacido para algo grande. Dios es su amor y misericordia nos ha llamado a la vida y ha trazado para nosotros un plan de amor que nos invita a recorrer, un plan que nos conduce hacia nuestra verdadera  plenitud, hacia el despligue de todas nuestras fuerzas, hacia el desarrollo pleno de nuestro amor.

Y normalmente el descubrimiento de ese plan se da en la etapa de la juventud, donde Dios Padre, si nos abrimos Él, nos ayuda a descubrirlo y a seguirlo. Sin duda exige un salto de riesgo hacia lo nuevo, pero un salto que en lo profundo del alma nos regala una gran paz y una felicidad inexplicable, una felicidad tan grande que no podemos contener, una alegría que se manifiesta en todo nuestro ser.

Así ese en el caso de Andrea, Verónica, Małgorzata, Christy, Margreate, Belén, Estrella, Catalina y Nina, que ya hace un tiempo han descubrido ese plan de amor de Dios y han empezado ha recorrerlo en  nuestra Familia de Hermanas de María de Schönstatt.

Quién ha tenido la oportunidad de cruzarse con ellas en este tiempo, habrá sido testigo de la alegría desbordante que se expresa en todo ser. Sin duda es esa alegría auténtica y profunda que surge del saber que “Ad maiora natus sum”, que Dios les ha regalado una vocación y misión personal.

El 27 de enero del 2024 tendrá lugar en la Iglesia de la Adoración en Schönstatt, la vestición donde ellas, recibirán el vestido de María. Ellas han elegido como frase para la invitación a ese día especial, una súplica tomada de una oración del Padre Kentenich, dirigida a la Madre de Dios:

“Asémejanos a ti …”

Sí, ellas han descubierto que en el plan de Dios para sus vidas, estaba previsto desde la eternidad su vocación de consagración total a Dios y a Schönstatt, su vocación de ser presencia viva de María para el mundo, su vocación como Hermanas de María de Schönstatt.

Las acompañamos con nuestra oración en este paso tan importante para sus vidas y nos imploramos mutuamente la gracia de ser concientes de que “hemos nacido para algo grande”,

para poder reavivarnos así  siempre de nuevo en nuestra vocación y misión.