Raboni – Maestro, Señor!
Así responde admirada y contenta
María Magdalena en la mañana de Pascua.
Recién estaba llorando ante la tumba vacía,
sin saber qué había sucedido.
Al ser llamada por su nombre te reconoce,
Jesús, como el Resucitado.
Llamados por Ti en el bautismo por nuestro nombre, nos
volvemos radiantes hacia Ti también nosotros
en la angustia, el dolor y la muerte.
Tú eres nuestra verdadera Vida, la Vida de nuestra vida.
Siempre quieres encontrarte con nosotros en la
Sagrada Eucaristía.
¿Te reconocemos?
Sumergidos en tu luz, un día saldremos a tu encuentro
y con nosotros toda la creación
para adorarte.
¡Felices y bendecidas Pascuas!
Tapiz 83×130 cm, 2003, Labor maestra; Diseño, realización y texto: Hna. M. Joséfa Klein