– Impresiones maravillosas e inolvidables
«¿Es posible pasar un fin de semana espiritual en su casa?» preguntaron tres chicas, estudiantes de teología, que se habían hecho cargo del cuidado de los niños en el retiro familiar de la Arquidiócesis de Colonia, en el Centro de Schoenstatt Maria Rast[1]. Les había gustado tanto el Centro de Schoenstatt que querían pasar un tiempo de retiro allí. Por supuesto, ¡no podíamos decir que no a semejante petición!
Previamente, tuvimos que planificar un programa que las estudiantes tuvieron que presentar a su consejera estudiantil. Poco después, recibimos la siguiente respuesta: «Nuestra consejera nos ha dado el visto bueno y también piensa que ustedes han diseñado el programa con mucho cariño». Acordamos el tercer fin de semana de Adviento como fecha para el programa. Una cuarta joven quiso unirse al pequeño grupo cuando se enteró de este proyecto.
En diálogo con Dios
El tema del fin de semana:
«En diálogo con el Dios de mi vida – una pequeña escuela de oración»
La primera tarde, reflexionamos sobre las «Cinco preguntas claves sobre la vida de oración» en un diálogo escrito, es decir:
«¿Qué es la oración?
¿Por qué rezar?
¿Dónde rezar?
¿Cuándo rezar?
¿Cómo rezar?».
El sábado, después de la Misa de Rorate[1] y el desayuno, trabajaron durante una hora, así como después de comer y el domingo por la mañana. Se turnaron para hornear galletas y ayudar en el fregadero y se mostraron deseosas y felices de ayudar.
En el diálogo posterior, llamó la atención la apertura de las estudiantes al tema y lo arraigadas que están en sus familias y en la comunidad italiana de Colonia (Alemania), donde viven.
El sábado, después de la Misa de Rorate[1] y el desayuno, trabajaron durante una hora, así como después de comer y el domingo por la mañana. Se turnaron para hornear galletas y ayudar en el fregadero y se mostraron deseosas y felices de ayudar.
En el diálogo posterior, llamó la atención la apertura de las estudiantes al tema y lo arraigadas que están en sus familias y en la comunidad italiana de Colonia (Alemania), donde viven.
La velada terminó con una oración comunitaria vespertina en el Santuario (de Schoenstatt).
El próximo día, un “impulso” (breve reflexión) sobre el tema dio pie a nuevas reflexiones. Las jóvenes también tuvieron la oportunidad de mantener conversaciones individuales, que aceptaron de buen grado.
Por la tarde, en un grupo de discusión, intercambiamos ideas sobre los escollos que experimentamos en nuestra vida con Dios. Un punto clave fue, que a menudo somos incapaces de entender las acciones de Dios. ¿Por qué permite esto o aquello? ¿Por qué rezo tanto por algo y no recibo respuesta? ¿Hay alguien que me escuche?
Espacio vital de silencio
En esta conversación abierta y sincera, sin embargo, cristalizó algo más: las estudiantes habían decidido por iniciativa propia dejar completamente de usar sus “smartphones” este fin de semana y ahora empezaban a reflexionar sobre esta experiencia. Se dieron cuenta de que a menudo huyen del silencio en su vida cotidiana, que no son conscientes de lo que les rodea ni de Dios a través de sus “celulares”, que echan mano de ellos casi constantemente en cada oportunidad.
Al prescindir de estos, tomaron conciencia de sus hábitos y se dieron cuenta de lo largo y positivamente pleno que puede ser un día si se deja a un lado este medio (de comunicación social).
La “búsqueda de posada” (o la Posada) antes de la cena, fue como una respuesta a las experiencias mencionadas, porque se trataba de escuchar y estar tranquilas. Fue una alegría tangible para las estudiantes que la Santísima Virgen hubiera buscado “posada” justo al lado de su habitación, en el piso de los huéspedes. Una de ellas pudo llevar la estatua hasta allí, las demás participaron como lectoras.
Mesa redonda con las Hermanas (de Schoenstatt)
Otra experiencia especial del día fue que nosotras, como Hermanas, nos reunimos con las jóvenes en una mesa redonda. Ellas habían reflexionado sobre algunas preguntas que nos hicieron. Éstas se referían principalmente a nuestro camino vocacional, a la decisión de unirnos a nuestra Comunidad de Hermanas de María de Schoenstatt y a temas actuales de nuestro tiempo y de nuestra fe. Rápidamente entablamos un valioso diálogo en el que también aprendimos muchas cosas nuevas las unas de las otras. Fue un ambiente alegre y abierto que no sólo enriqueció a las jóvenes estudiantes, sino también a nosotras, las Hermanas. La velada terminó nuevamente en el Santuario con una oración de la noche en común.
Conclusión
Otros puntos del programa incluían un tiempo estructurado de adoración y un tiempo de reflexión personal. Estos días de reflexión terminaron con la novena de Navidad y una breve ronda de reflexión, tomando una merienda juntas. Las tres jóvenes se sintieron claramente a gusto durante este tiempo. Muchas de sus preguntas fueron respondidas y expresaron que lo que habían vivido les había dejado huella. Les impresionó especialmente el trato entre las Hermanas y la sintonía entre nosotras. La mesa redonda de la tarde fue un gran regalo para ellas. No esperaban tanta apertura y vivacidad.
Una de las participantes resumió la experiencia con su anotación en nuestro libro de visitas:
«Esta es nuestra segunda vez en Maria Rast… Las Hermanas nos dieron tantas impresiones maravillosas e inolvidables. Pudimos tratar muchas cosas de la vida cotidiana, de las cuales no éramos conscientes. ¡Muchas gracias por este tiempo maravilloso!
Las estudiantes de la Universidad de Colonia».