27.05.2024

Los hombres y la Virgen Peregrina de Schoenstatt
– Parte 2 –

Hermana Ursula-Maria Bitterli
Suiza

Testimonios y ejemplos de cómo

los hombres experimentan

a la Virgen Peregrina

Las Hermanas de María (de Schoenstatt) que trabajamos con la Virgen Peregrina (de Schoenstatt) en Suiza y Liechtenstein recibimos muchos testimonios sobre la visita de María Santísima a sus hogares, bajo el signo de la Virgen Peregrina. Son sobre todo mujeres las que comparten su experiencia.  Pero también hay testimonios y ejemplos de cómo los hombres experimentan a la Virgen Peregrina:

Un diácono y su familia están presentes en una celebración de la Virgen Peregrina. Durante una Santa misa dijo a los feligreses de su parroquia: «Esta María me serena cuando viene a visitarnos. Me invita, incluso me anima con su presencia a detenerme un momento, no siempre para ir deprisa y corriendo a lo siguiente, sino para sentarme un momento o simplemente para pensar en Dios y respirar hondo. Creo que este proyecto es algo realmente bueno.   U. B.

Un sacerdote dice: «Cuando dejo entrar a Dios en mi corazón, cuando abro la puerta a la Santísima Virgen y a su Hijo, cuando les ofrezco un hogar, entonces me doy cuenta de que yo mismo puedo experimentar una sensación de seguridad. La Virgen Peregrina que viene a mi rectoría (casa parroquial) una vez al mes, me da un hogar. Esta imagen es como una ventana – se podría decir – a través de la cual puedo mirar mi verdadero hogar, el cielo.    B. A.

Mi esposo es luterano y tiene un poco menos de conexión con la Virgen María que yo, así que también tiene la sensación de que lo mío es la Virgen Peregrina. Sin embargo, él ya he reparado la imagen aquí y allá. Hace poco
me dijo: «¡He vuelto a ‘reparar’ a tu María!».  Luego hizo una pausa y añadió: «Bueno, quiero decir… ¡nuestra María!».  D. Z.

Un señor que se ofreció de voluntario para ser la persona de contacto de un círculo de la Virgen Peregrina no pudo acudir al envío porque tenía que trabajar esa mañana. Cuando la señora que había recibido la Peregrina en su nombre llegó a la casa, el señor ya estaba fuera de su casa esperando. Se puso muy contento cuando ella le entregó la imagen de la Virgen Peregrina. La aceptó y le dio las gracias cordialmente. La miró y dijo: «¡Es una María hermosa, una María pura!      O. Q.

Un día pensé que la Virgen Peregrina no sería de mucha utilidad para un señor de 96 años. Así que le pregunté si todavía quería recibir a la Virgen Peregrina o si debía recogerla y llevársela a otra persona. Pero él insistió en tener la visita de la Peregrina y dijo: «Quiero la Peregrina mientras viva. La Santísima Virgen siempre me ayuda a soportar mejor la soledad y los problemas de salud.»   B.

Una vez, cuando María Santísima nos visitaba, yo estaba muy enfadada por algo y empecé a desvariar. Hablaba y hablaba a mi esposo. De repente él dijo, dirigiéndose a María, a la Virgen Peregrina: «¡María, escúchala!». Hice una pausa y me irrité un poco por un momento, pero luego tuve que reírme un poco por dentro y pensé: Sí, en realidad tiene razón, ELLA me está escuchando y se toma en serio mi enfado.    M. R.

Cuando la Virgen Peregrina vino a nuestra casa por primera vez, la coloqué en un lugar especial. Tenía curiosidad por saber la reacción de mi esposo. Cuando la vio, dijo: ¿Qué hace ahí? Se lo expliqué y lo aceptó sin decir mucho. Algún tiempo después, se suponía que María Santísima estaría con nosotros, pero por alguna razón hubo un retraso. Mi esposo dijo: «¿No viene este mes? Ya debería estar aquí».   A. B.

Mi esposo es médico y nunca reaccionó demasiado a la llegada de la Virgen Peregrina, y sin embargo un día dijo: «Cuando esta imagen de María está allí, irradia paz y aminora el ritmo frenético de la vida cotidiana.»    C.

 

[1] En algunos países de habla hispana se conoce La Virgen Peregrina de Schoenstatt por igual como Mater Peregrina de Schoenstatt o Campaña de la Mater Peregrina de Schoenstatt.