17.01.2025

“Vinieron y vieron”

Hna. M. Verónica Rina García
Alemania

“«Rabí, ¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y veréis».

Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.” (Juan 1, 38-39) Esta es la experiencia del grupo de jóvenes de la “Escuela de jefes” de este año. Querían conocer la comunidad de las Hermanas de María y así se dio un encuentro en la casa madre, núcleo de la familia de hermanas. Vinieron y vieron.

Encuentro en la casa madre

En la tarde del pasado domingo 12 de enero tuvo lugar en la casa madre un encuentro entre los chicos, que participan en la escuela de jefes, acompañados por dos padres, y cuatro Hermanas de María, en representación de la familia.

La escuela de jefes es un programa, de aproximadamente un mes de duración y dirigido a la Juventud Masculina, que ofrecen los Padres para la profundizaciónen la espiritualidad de Schoenstatt y para la formación de líderes íntegros y comprometidos, entre otros. Tras una previa selección se reúnen en Schoenstatt chicos de distintos países para formar parte de esta “Escuela de jefes”. Argentina, Chile, Costa Rica y Paraguay son las nacionalidades que han participado este año. Parte del programa consiste en conocer a las distintas comunidades del movimiento de Schoenstatt, de ahí que tuviera lugar este encuentro.

Qué hicimos en este encuentro?

La idea era conocer un poco más las Hermanas de María y la casa madre, donde viven, entre otras, la superiora general y las hermanas de la dirección general. Así pues empezamos en el “Hall” donde recibimos a los chicos y explicamos qué es la casa madre, qué function tiene, cuándo fue construida, así como también algunos detalles arquitectónicos, como que está hecha por el mismo arquitecto que el de la Iglesia de la Adoración y que tiene el mismo estilo que esta, también fue mencionado su significado como Castillo de Dios, que nos invita a ser sus piedras vivas. Además, que el Padre Kentenich estuvo 7 veces en la casa madre. Es también bonito y especial poderse encontrar en los mismos lugares que él vio, tocó, estuvo.

 

El encuentro siguió con una oración entorno al pesebre de la capilla de la casa madre y luego les explicamos un poco en qué consiste ser Hermana de María y qué nos caracteriza como comunidad. A través de pequeños testimonios ilustramos tres rasgos de nuestra comunidad: el apostolado, la oración y la vida en familia. La diversidad de tareas,  la internacionalidad y el amor a Dios y a la vocación estuvieron presentes en ese momento. La cena que siguió fue un rico intercambio de experiencias y vivencias, tal que ¡se pasó muy rápido el tiempo! El encuentro terminó con una oración en el Santuario Jardín de María para agradecerle a la Mater todo lo regalado en esa tarde de compartir.

“La calidez” y “el acercarse a cómo es ser María en el mundo”

fueron ecos que describían el encuentro que acabábamos de tener. Fue una tarde familiar muy enriquecedora y llena de alegría, donde no faltó la oración y el compartir entorno a la mesa.