Ha llegado la hora de ser María en medio del mundo.
La situación del mundo actual nos motiva a asumir esta misión. «¡Esta es la hora de María!» ha dicho el Padre José Kentenich, nuestro Fundador. Precisamente cuando parece no haber salida a las circunstancias existentes, ha llegado el tiempo previsto por Dios para que María entre en acción. Ella quiere contribuir a la salvación del mundo llevando a todos a Cristo.
La belleza está en el interior
Más de 350 mujeres y madres de la Liga se reunieron, provenientes de los diversos estados de Brasil. Especialistas competentes en sus campos de trabajo, profesoras universitarias, abogadas, enfermeras, en resumen, personas de diversas profesiones. Según el lema: «Ha llegado la hora de tu amor: ¡Hágase la pequeña María!», las madres hablaron de los temas actuales controvertidos guiadas por médicas: aborto e ideología de género. Junto con las Hermanas de María presentes y bajo la conducción de la Hna. Mariane Galina, la asesora regional, recibieron formación en la espiritualidad de Schoenstatt y adoptaron una posición frente a estas corrientes.
Con nuevo ardor se decidieron por su misión: como custodia viva, ser mujeres auténticas, portadoras de Cristo a su alrededor. “Dado que esto conserva la belleza y la importancia del ser mujer: el coraje de ser distinta, vivir la belleza de la mujer, una belleza que está en el interior y que viene del interior”, dijo Esméria da Silva Paula, Cerquilho. Y llegó a la conclusión de que para ello hace falta “dejarse formar por Dios para ser María en medio del mundo, y eso comienza en casa”.
Azucena del Padre, Tabor para el mundo
Las más de 200 jóvenes profesionales, estudiantes y escolares que se congregaron para el Congreso de la Juventud Femenina ya habían elaborado el ideal y el tema y formado una opinión al respecto. Se preguntaron qué medios les ofrece la espiritualidad de Schoenstatt para salir al encuentro de las situaciones controvertidas que las desafían en la vida cotidiana.
¿Cómo puede ser santa hoy una joven?
La Hna. Elisa Maria Silva habla de ello “de corazón a corazón”, en una analogía con la exhortación apostólica “Gaudete et exsultate” del Papa Francisco y con las enseñanzas del Padre Kentenich sobre la santidad de la vida diaria. Presenta los medios pedagógicos de Schoenstatt: el horario espiritual y el examen particular, como ayuda concreta para ennoblecer y hermosear la propia modalidad. El testimonio de las jóvenes muestra cómo este medio les ayuda y vivir más plenamente como mujeres y cómo acierta con la realidad de las jóvenes presentes. “De este encuentro me llevo un gran entusiasmo para vivir la pureza, el autoconocimiento, el deseo de asemejarme más a María, de acercársela a otras personas y de ayudar a que experimenten el amor de Dios”, dice Adryelle Lima, Confins / MG .
Al final son enviadas 14 jóvenes mujeres y las Hermanas de la juventud que participarán en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá. Eran unas 600 mujeres que descubrieron, en representación de muchos otros miembros de grupos, a la sombra del santuario, en el carisma del Padre Kentenich, su fuente de alegría y de enriquecimiento personal. Todas unidas en la misma misión: Como María, ser mujeres auténticas en nuestro tiempo.
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