En agosto de 2018 la Hna. M. Iona viajó desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica, a Kenia, para apoyar allí durante tres semanas al creciente Movimiento de Schoenstatt. Visitó Nairobi, Saba-Saba, Kabibi, cerca de Bungoma en el noroeste de Kenia, como también Mugoiri, para dictar allí una jornada para 85 chicas. La acompañó Hna. M. Philis, una de nuestras Hermanas de Kenia, que está haciendo un trabajo de tres meses en el Movimiento de Schoenstatt en Kenia, como también Pauline, una joven keniana que está muy comprometida con Schoenstatt. Pero esta no fue la primera visita de la Hna. M. Iona a Kenia. En el año 2000 estuvo por primera vez allí. Y ha ido reuniendo experiencias allí en los últimos años, las cuales alegran porque se constata un permanente crecimiento del Movimiento de Schoenstatt.
Seminario para un grupo de madres
Saba-Saba en la diócesis de Muranga queda a 60 km al norte de Nairobi. La Hna. M. Iona fue invitada por un miembro del Movimiento de Schoenstatt a dictar un seminario para un grupo de madres que tienen interés en ingresar a la liga de madres. Para ella fue una alegría que participaran cincuenta madres de este seminario. Partiendo del logo de Schoenstatt les dio una introducción en la espiritualidad de Schoenstatt, incluida la alianza de amor con el Padre Kentenich, el fundador de Schoenstatt. Conociendo al fundador, se llega a conocer Schoenstatt. Durante las conferencias, las madres tuvieron ocasión de plantear preguntas. Querían saber cómo Schoenstatt las ayuda personalmente, cómo puede influenciar sus vidas. La Hna. M. Iona constató que ha aumentado el número de madres solteras en Kenia, lo cual implica una gran intención pastoral.
En Saba-Saba tuvo una reunión con un sacerdote que entró en contacto con Schoenstatt durante una jornada de formación que dio la Hna. Joanne en el seminario. Esta visita de la Hna. M. Joanne le dio a conocer el mensaje de Schoenstatt, conociendo así a la Santísima Virgen desde una perspectiva más profunda.
Vivencias con los santuarios peregrinos
Al día siguiente, la Hna. M. Iona fue en bus a Bungoma. Este viaje requiere siete horas. Bungoma queda en el noroeste de Kenia, a 35 km del límite con Uganda. En el año 2015 llegó a esta región el primer santuario peregrino y hoy 300 personas de todos los estratos de la sociedad están comprometidas con el este apostolado de la Virgen Peregrina.
La Hna. M. Iona vivenció cómo la Virgen Peregrina va en su santuario peregrino de una casa a la otra, acompañada por unas cuarenta personas con el “uniforme de Schoenstatt” que diseñaron ya para el centenario de Schoenstatt en el año 2014. En Kenia es costumbre que los miembros de una “organización”, Schoenstatt inclusive, diseñen un uniforme propio como signo de pertenencia.
Cuando llega la Virgen Peregrina, los miembros de la familia se preparan bien: se limpia a fondo la casa; se limpia el alma mediante el sacramento de la confesión. La Hna. M. Iona estaba muy impresionada al ver cómo el padre y la madre en una casa se arrodillaron y recibieron a la Virgen Peregrina con gran respeto y convicción. Para ellos no era solamente una imagen que los venía a visitar sino verdaderamente la Madre de Dios misma. La entrega del santuario peregrino culminó con una comida festiva.
Una ayuda para anunciar Schoenstatt eficazmente
La próxima estación para la Hna. M. Iona consistió en un seminario sobre Schoenstatt de tres días en Kabibi, diócesis de Bungoma. Comenzaba cada vez a las 9 de la mañana y terminaba a las 5 de la tarde. Participaron 45 personas de distintas edades. La gente misma se ocupó de las comidas, el lugar y el programa. También ellos vistieron el uniforme de Schoenstatt.
Ya en tiempos pasados, el Padre Kentenich solía relacionar elementos de la vida cotidiana para explicar la espiritualidad de Schoenstatt. Conversando con los dirigentes del Movimiento en Kabibi, la Hna. M. Iona descubrió que la gente allí tiene una manera particular de encender fuego: utilizan tres piedras. Tomando este ejemplo, la Hna. M. Iona explicó los tres puntos de contacto que forman parte esencial de Schoenstatt: la Mater ter admirabilis, el santuario y el Padre Kentenich. Cada una de las piedras es necesaria para sostener la olla y deben estar bien equilibradas. A partir de este ejemplo, la gente se dio cuenta de que la madera para hacer fuego simboliza los aportes al Capital de Gracias, sin los cuales Schoenstatt no podría encender al mundo.
La confesión: un punto culminante de la jornada para las chicas
Como ya se mencionó, participaron 85 chicas de la jornada. Esto fue una sorpresa, puesto que se habían anunciado solo 45. La Hna. M. Philis dirigió la jornada y la Hna. M. Iona la apoyó. Se las arreglaron de una manera admirable para asegurarse de que todas tuvieran suficiente para comer y que todas estuvieran contentas. Un punto culminante para la Hna. M. Iona fue que, de las 85 chicas, más de 50 se confesaron, lo cual también fue una gran sorpresa para el sacerdote. A lo largo de los años se ha vuelto habitual explicar el significado de la confesión a las niñas para que puedan entenderla mejor.
La conclusión de la jornada consistía en que cada chica armara un “santuario hogar” para que la Santísima Virgen estuviera con cada una en su casa.