“Majestad llena de amor, soy tu propiedad. Cada deseo del corazón debe callar ante Ti.” (José Kentenich)
Desde la fundación, vivía en el Instituto un fuerte movimiento de adoración. En la Nochebuena de 1929, también por el deseo de muchas Hermanas, el Padre Kentenich abrió el tabernáculo del Santuario original para la adoración permanente.
Desde entonces se hace adoración eucarística en nuestro Instituto día y noche.
En 1934 se formó un círculo propio de Hermanas de la Adoración. Su día se organiza en torno al rezo de la Liturgia de las Horas. En 1975 les fue posible mudarse a su propia casa en el Monte Schoenstatt junto a la Iglesia de la Santísima Trinidad. También en otros países – Polonia, Brasil y Chile – hay pequeñas comunidades de adoración. El Padre Kentenich veía en ellas “la fuerza de amor” de toda la Obra de Schoenstatt. A través de su oración y sacrificio se hace fecunda la tarea apostólica del Instituto, del Movimiento de Schoenstatt y de la Iglesia.
Las Hermanas adoratrices reciben intenciones de oración de todo el mundo, que ellas llevan consigo a su tiempo de oración. A través de una extensa correspondencia se relacionan con muchas personas que confían en su oración.
En el correr de los años, además del Instituto, se formó también un círculo de personas que reza junto con las Hermanas de la Adoración por las intenciones encomendadas. Este es el Círculo de adoración de Schoenstatt.
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También usted puede confiar sus intenciones a la oración de las Hermanas de la Adoración.